• 12/02/2018 01:03

‘Los Crooners' y la Megabanda

El sociólogo, escritor y cineasta Gerardo Maloney, presentó la semana pasada en el Teatro Gladys Vidal de la Alcaldía de Panamá  (anteriormente Cinema Arte)

El sociólogo, escritor y cineasta Gerardo Maloney, presentó la semana pasada en el Teatro Gladys Vidal de la Alcaldía de Panamá (anteriormente Cinema Arte), dos nuevos aportes al cine documental nacional. Estas nuevas contribuciones, con la colaboración del Grupo Experimental de Cine Universitario: ‘Los Crooners y Megabanda', abren una nueva ventana que nos presenta aspectos relacionados e importantes de la cultura musical panameña, tanto a nivel nacional como internacional.

El documental sobre la Megabanda fue segundo en el orden de presentación, pero me refiero a ella primero porque subraya y fortalece un tema que ya en este espacio habíamos discutido en meses pasados. Un tema que me irrita sobremanera por la forma en que las autoridades tratan a estas organizaciones. El documental (que todas las autoridades deben ver) deja en evidencia el importante trabajo social y comunitario que los directivos de la Banda realizan con los jóvenes que la conforman.

El documental, muy bien logrado, fortalece mis apreciaciones anteriores: el trabajo que estas organizaciones realizan para llevar a muchos de esos muchachos por un camino de desarrollo positivo. La cultura de las bandas de tambores, clarines y liras es parte de nuestro tejido sociocultural y las autoridades deben hacer mayor esfuerzo en apoyar a estos grupos, divulgando este documental como parte significativa de la cultura popular nacional.

El documental ‘Los Crooners' trae a luz pública el talento de un grupo de cantores afropanameños, procedentes de las comunidades negras de la Zona del Canal y que por casi tres década, entre 1950 y 1980, dejaron huellas importantes en el escenario nacional y, ante todo, internacional. Hoy, entre expresiones musicales de cuestionable valor artístico y cultural, lo rescatado en este documental revela el poco conocimiento que existe en la comunidad sobre el aporte de grupos como este.

Rescato dos cosas que me dejaron pensativo. Primero, está ilustrada con una gran cantidad de material fílmico y de video muy bien preservados, que ayudan significativamente a trasportar al espectador a una época específica; a escenarios distantes y representativos y encierra el elemento sonoro de la música y los cantos que, por la naturaleza del tema, son de valiosa importancia para tener una comprensión de tiempo, espacio y momento. Gerardo Maloney cuenta que: ‘parte del material de archivo fue proporcionada por los propios archivos personales de los Crooners. Otros fueron gestionados por el grupo frente a televisoras mexicanas'.

Este documental, producido en este tiempo, con lo que sabemos de la poca importancia que nuestro país le da a las cosas de la preservación de su memoria histórica, es un excelente ejemplo de lo que se puede trasmitir a las futuras generaciones, para recrear capítulos desconocidos de la historia nacional y de aquellos que aportaron culturalmente en la construcción de la misma; desde todas las perspectivas.

Lo segundo que me causó una profunda reflexión tiene que ver con las motivaciones internas del individuo; lo que se lleva en el ser de las personas. Cuenta uno de los integrantes de Los Crooners, que de adolescente en el colegio, ante el recurrente hecho de cantar el himno de los Estados Unidos en el saludo de la bandera, un buen día se les ocurrió a él y varios de sus compañeros, entonar el himno nacional de Panamá.

Así, porque eso era lo que sentían. Motiva a la reflexión entre otras experiencias que presentó el documental; en ese contexto histórico (década de 1950), residente negro de la Zona del Canal, del ser panameño, patriota. Y de reevaluar nuestras percepciones sobre los unos y los otros que compartimos este espacio.

Allí es donde Maloney puntualiza que: ‘el rescate, preservación y divulgación de los aportes de los afropanameños al engrandecimiento de nuestra nación es tarea sensible, útil y necesaria para reafirmar el carácter intercultural de nuestra identidad, porque permite una mejor comprensión y valoración de nuestra diversidad; reemplazando los mitos y los prejuicios que interfieren en la convivencia social, basada en la equidad, la igualdad y la justicia social. Hay que seguir produciendo y creando los espacios para que las nuevas generaciones sientan el orgullo por los legados de sus generaciones anteriores. Y dignifiquen su compromiso y responsabilidades con el país hoy y mañana'.

El camino de Los Crooners se entrelaza con los muchachos de la Megabanda, un compromiso con el país y las futuras generaciones.

COMUNICADOR SOCIAL.

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