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- 24/07/2015 02:00
Cuba y Estados Unidos
El 20 de julio se instalaron formalmente las sedes diplomáticas de Cuba y Estados Unidos en cada una de sus capitales: Washington y La Habana, respectivamente. Durante mucho tiempo las relaciones diplomáticas entre ambas naciones han sido influenciadas por un interés mutuo, lo cual no es reciente, sino desde antes de las luchas independentistas.
En ese momento los planes para comprar la isla fueron confesados por Estados Unidos en el afán de ganar más territorio, cabe destacar que el Imperialismo Norteamericano se encontraba en pleno proceso de expansión, de manera que al tiempo que a España se le achicaba su espacio de hegemonía en el territorio caribeño, EE.UU. lograba una mejor ubicación en el escenario político y económico de la Isla, aumentando su inversión de capitales, así como los niveles de exportación e importación y su elevada presencia política en el territorio caribeño. No es a partir del triunfo de la Revolución cubana, 1 de enero de 1959, en que comienza a debilitarse la influencia extranjera en la isla (entiéndase EE.UU.), estando marcada a partir de ese momento por la tensión y la constante confrontación.
Desde entonces, Estados Unidos no había tenido relaciones diplomáticas formales con Cuba y mantuvo un embargo por el que resultaban ilegales las relaciones comerciales de las empresas estadounidenses con la isla. Estados Unidos, a pesar de haber roto relaciones con el Gobierno cubano, continuó poseyendo una base naval en la Bahía de Guantánamo al sur de la isla, siendo este un territorio en disputa y principal punto de tensión entre ambos países desde la independencia cubana en 1902.
El presidente Barack Obama y el general Raúl Castro Ruz, presidente de Cuba, acordaron un nuevo proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países, marcando una nueva era para el mundo y representando esto el último eslabón de la Guerra Fría, luego de medio siglo de relaciones conflictivas.
Es fundamental destacar que la importancia geopolítica de Cuba con Estados Unidos se remonta al siglo XIX, cuando, a pesar de su pasado como colonia española, la isla desarrolló importantes vínculos con los Estados Unidos. Estos vínculos se estrecharon después de diciembre de 1898, con la firma del Tratado de París, con el cual quedaba finalizada la Guerra Hispano-estadounidense. La cercanía geográfica de Cuba y Estados Unidos consolidó la formación histórica de lazos políticos, económicos y sociales. Con la firma del Tratado de París, Puerto Rico, Filipinas y Guam pasaban a ser territorio estadounidense, en cambio, Cuba no.
Cuba y Estados Unidos han tomado la decisión de avanzar hacia un escenario muy distinto al que ambas tuvieron para representar la más ácida y larga contraposición que dos naciones vecinas, llamadas por la historia y la geografía a convivir con tolerancia, han protagonizado en este hemisferio.
Sin embargo, el camino a recorrer no es fácil. Obviamente, no basta con que se normalicen las relaciones diplomáticas, sino que, efectivamente, se adopten acciones que contribuyan a lo más urgente e imprescindible: la eliminación del conjunto de acciones punitivas que ha adoptado Washington desde hace 54 años y que ha reforzado a lo largo de esas cinco décadas. Se ve con muy buenos ojos el hecho de que Obama, en su alocución de informe al pueblo estadounidense y el mundo, anunció un conjunto de medidas que significan un alivio a las medidas de estrangulamiento de la economía cubana en vigencia. Las relaciones Cuba - EE.UU. aún tienen un largo camino que recorrer, el cual debe culminar con la desocupación de la Base Militar de Guantánamo y el levantamiento del Bloqueo Criminal contra esta hermana nación latinoamericana. ‘Las relaciones hemisféricas, en mi opinión, tienen que cambiar profundamente', Raúl Castro, presidente de Cuba. (Cumbre de las Américas 11/4/2015).
EDUCADOR