La República de las Islas Marshall ha creado su primer santuario marino para proteger dos ecosistemas vírgenes alrededor de los atolones Bikar y Bokak,...
- 31/08/2019 02:01
Apocalipsis amazónico y Darién
La naturaleza funciona en una armonía cósmica, cualquier desequilibrio en una parte del planeta afecta a la humanidad. El universo es un todo sistemático de cualidades (positivas y negativas) relacionadas entre sí.
El cambio climático altera la calidad de vida en todas las latitudes, Los calores intensos, las lluvias diluviales y la falta de ozono en la atmósfera influyen en el modo de ser, tanto individual como colectivo.
El deshielo del Ártico se siente en el Archipiélago de San Blas, los gunas ya ubican su hábitat en tierra firme y muchos formarán nuevas comunidades en el área metropolitana. El deshielo abrirá nuevas rutas marítimas que incidirán en el Canal de Panamá.
La selva amazónica en llamas es un delito ecológico deliberado, un cataclismo irreversible que abre las puertas del infierno por un hijo de satanás, el Trump de la América hispana. Bolsonaro odia a los pueblos originarios de Brasil, así como Trump odia a los latinos y Hitler odió a los judíos y gitanos, igual hizo Stalin que asesinó a miles de rusos que se oponían a su dictadura homicida.
Bolsonaro representa los intereses de los ganaderos y el campesinado industrial, ambiciosos de poseer el espacio amazónico para su expansión económica; no les importa destruir los bosques, la fauna y asesinar a los aborígenes.
Yuval Noah Harari, en ‘21 lecciones para el siglo 21', denuncia que la agricultura industrial moderna se basa en la fertilización artificial con grandes cantidades de fósforos que envenenan ríos, lagos, océanos y ocasionan un impacto devastador sobre la vida marina. Los hábitats se degradan, los animales y plantas se extinguen y el ecosistema entero es aniquilado. Bolsonaro es un asesino ecológico.
La deforestación de la Amazonia acabará con el pulmón que oxigena el mundo, en el cual vivimos; asimismo se altera el ritmo armónico de la naturaleza y millones de seres humanos morirán por las altas temperaturas y la falta de agua. La desaparición de la pluviselva amazónica es apocalíptica. El crimen de Bolsonaro es contra la vida humana, por ello debe ser juzgado internacionalmente.
Darién es otro hábitat criminalizado por el Ministerio de Ambiente y los mandatarios del PRD, Cambio Democrático y panameñismo. La deforestación es masiva, ¿quiénes son los dueños de ese negociado? Darién pronto será un desierto y afectará el clima en Panamá, Centroamérica y Colombia, incluso la región del Caribe. Los huracanes serán más violentos.
La laguna de Matusagaratí es el mayor humedal de Panamá y uno de los más importantes del continente americano, es un mar de vida vegetal y animal. Los madereros, indígenas y empresarios colombianos, la caza y la pesca sin control, la presencia de los chiricanos en Río Iglesias y la quema de los herbazales perjudican la ecología de la región. La tala de árboles y las actividades agrícolas deben prohibirse de inmediato.
El Gobierno debe establecer ya una autoridad provincial que conserve y desarrolle científicamente el área, con apoyo internacional.
El humedal de Darién es el cuarto más importante de América Latina con 49 249 hectáreas, localizado cerca de la comunidad de Aguas Calientes, El Lirio, Aruza y Los Mellos en el corregimiento de Ríos Iglesias. Matusaragatí se ubica en la ecoregión de los bosques húmedos del Chocó-Darién. Los ríos Iglesias y Aruza alimentan el humedal. El bosque es inundable; abundan los saínos, jaguares, lagartos, puercos de monte y otras especies. El área es crucial para el desovadero de millones de crustáceos.
El humedal es un bien público. La vida sin humedales nunca existiría. La ganadería extensiva, los cultivos degradables y la quema de la vegetación dañan el hábitat. Los cultivos de arroz con el uso de tóxicos envenenan los suelos y aguas. Los colombianos titulan grandes extensiones de manera irregular con el aval de los burócratas corruptos del Ministerio de Ambiente, una entidad irresponsable.
La Alianza por un mejor Darién denuncia el colapso ecológico que atenta contra la biodiversidad de una región estratégica para Panamá. La especulación y el lucro ponen en peligro el entorno vital del medio geográfico.
Ligia Arreaga, ambientalista, colaboraba en el noticiero de RPC radio, denunciaba el atentado ecológico en Darién, sobre todo la ruina del humedal de Matusaragatí, los empresarios colombianos la amenazan de muerte y Ligia Arreaga, en total indefensión, sale del país, protegida por organismos internacionales. El caso pone en evidencia el deterioro del poder judicial panameño y del Ministerio de Seguridad. El caso de Ligia incide en la imagen negativa de Panamá. ¡Salvemos a Darién de la catástrofe ecológica! Denunciemos a los Bolsonaros panameños.
El Ministerio de Ambiente ofende el decoro nacional. Los directivos deben renunciar por su incompetencia.
DOCENTE, HISTORIADOR Y ESCRITOR.