• 09/02/2020 04:00

El desafío de los 'food trucks'

“[...] el propósito multifacético de los “food trucks”, de formar la identidad cultural y desarrollar la economía de la comunidad, hace que su existencia sea un proceso complejo”

Hamburguesas, pescado frito, tacos y costillitas a la barbacoa, todo servido desde los confines de camiones estrechos y a menudo pintados de forma escandalosa. Camiones de comida que se han convertido en lugares cada vez más comunes en muchos rincones de la ciudad. En los últimos años, los residentes urbanos han acudido en masa a estos nuevos negocios con ruedas para obtener su dosis de comida inventiva, auténtica y económica. Sin embargo, hay barrios donde la venta de alimentos en camiones no es un fenómeno reciente. En Río Abajo, por ejemplo, la población inmigrante afroantillana trajo consigo la tradición de comida callejera en la forma de “fonda trucks”. Y en El Chorrillo, los “beer trucks” solían atraer multitudes de caminantes que buscaban productos contrabandeados del antiguo “Post Exchange”.

Debido a la forma en que los “food trucks” desafían la distinción entre espacios públicos y privados, además de ser una fuente de alimentos única e informal, atraen la atención de los planificadores urbanos y los responsables políticos interesados en los sistemas alimentarios. En particular, se ha prestado mucha atención a este fenómeno en las discusiones sobre desarrollo económico comunitario y formación de identidad cultural. Los costos iniciales relativamente bajos de los camiones de comida significan que es un modelo de negocio accesible para personas de diversos orígenes y estatus socioeconómico.

Dado que la comida es un elemento esencial en el desarrollo económico del país y en la formación de la identidad cultural nacional, los “food trucks” embonan convenientemente en medio de la interfaz justicia social y seguridad alimentaria. Si bien existe una relación espinosa entre la venta de alimentos en la calles y su fiscalización por parte de las autoridades, la creciente demanda de estos camiones obliga a que los municipios tomen medidas para adoptar la tendencia.

Una posible razón para explicar por qué los “food trucks” han proliferado de la manera en que lo han hecho es que la comida es un elemento esencial en la formación de la identidad cultural de un país. Con más del 30 % de nuestra población urbana descendiente de inmigrantes y extranjeros residentes, sabemos que las elecciones de alimentos se basan en influencias individuales, culturales, históricas, sociales y económicas.

Por tanto, la comida es una oportunidad especialmente importante para la elección diaria que los grupos en la sociedad pueden usar para desarrollar una identidad cultural comunitaria e individual. De esa forma, la comida es un medio de comunicación cultural y un lenguaje con el cual podemos identificarnos con los demás. Como comúnmente decimos, las elecciones culinarias reflejan exactamente el tipo de persona que somos. Incluso las cocinas de los “food trucks” sirven para la fusión y creación de nuevas identidades. Es decir, si al consumir alimentos de estos camiones se puede apoyar de manera efectiva a la formación de identidad cultural, quizás también puedan contribuir a lograr los objetivos de mejor planificación urbana y más desarrollo económico.

Nadie quiere que la apropiación de calles y estacionamientos sea un detente para el crecimiento de estos negocios con ruedas. Es necesaria la formulación de políticas y una zonificación autorizada para darle impulso a la actividad. Los “food trucks” son populares debido en parte a la rebeldía, desorden e imágenes informales, todos elementos que reflejan el intento de los consumidores de recuperar el control sobre sus vidas, el control que se pierde en la sociedad actual de fábricas de producción en masa y oficinas corporativas. Además, las tendencias asociadas de cocina fusión, comida gourmet y libertad de consumo encuentran su horma precisamente en la calle y sobre estos camiones que desafían la hegemonía tradicional y preponderancia industrial.

Para concluir, el propósito multifacético de los “food trucks”, de formar la identidad cultural y desarrollar la economía de la comunidad, hace que su existencia sea un proceso complejo. Tal complejidad, no obstante, vale la pena cuando tenemos en juego un concepto como seguridad alimentaria, pilar fundamental para el bienestar de un país. No siempre la población tiene la oportunidad de una alimentación adecuada, lo que se traduce en enfermedades y pérdida de calidad de vida para los individuos y la sociedad en general. Por tanto, las autoridades gubernamentales interesadas en ayudar los sistemas alimentarios, la sostenibilidad ambiental y el progreso nacional harían bien en prestar mayor atención a la política, la planificación y los desafíos prácticos y las oportunidades inherentes al reciente fenómeno de los “food trucks”.

Empresario, consultor en nutrición y asesor de salud pública.
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