• 10/02/2015 01:00

El dolor de una madre

Hace unos días me conmovió una, esas que no decaen y persisten en buscar soluciones

Cuando pienso en el amor y dolor de una madre, imagino las emociones de la virgen María desde cuando aceptó su misión, pasando por la huida de Egipto, hasta ver bajado a su hijo Jesús de la cruz. El dolor, tribulación y angustia de una madre, se traducen en lágrimas, pero, a la vez, en una fuerza capaz de vencer todo obstáculo para proteger el fruto de su vientre, al que la ata un sentimiento indestructible.

Hace unos días me conmovió una, esas que no decaen y persisten en buscar soluciones. Irasema González salió en TV pidiendo ayuda para su hija, Ornella Martínez, quien yace en cama después de una intervención en la Caja de Seguro Social. Su historia, la forma como comparte su preocupación, denota su fortaleza de espíritu, pese a la tragedia que devasta a la familia, en lo económico y emocional. Pero, ¿por qué casos como este llegan a los medios de comunicación, cuando pueden ser resueltos con un poco de humanidad y buena fe?

Tal parece que ninguno de los involucrados asume su responsabilidad, no piensan que ese ser humano es la hija o hermana de alguien, o que mañana una persona cercana podría correr la misma suerte, sobre todo si se trata, como dicen, de una negligencia médica. Al parecer es un error que tiene postrada en una cama a una joven mujer con un mundo de posibilidades después de graduarse con honores en la universidad; ella ha visto truncado su futuro personal y profesional sin que nadie asuma su culpa u ofrezca un paliativo que mejore su calidad de vida. ¿No hay quién cuantifique esto, si, al menos, no sucumbe ante lo emocional?

Pido a Dios que las lágrimas corriendo por las mejillas de Ornella, mientras contaba su experiencia, hagan ponderar a los que tienen poder de decisión, a empresarios y a particulares, acerca del impacto del antes y el después en la vida de quien fue por salud y casi encuentra la muerte. Viendo las inversiones y desfalcos millonarios de los gobiernos, el desparpajo de quienes en una sola noche se juegan miles de dólares en un casino o gastan 30 mil o más en un vestido, autos y más para pavonearse en su mundo social, es contrastante no encontrar respuesta para el que sufre.

A la fecha no ha habido quien se haga responsable de la situación, tampoco quien dentro del Gobierno ofrezca respuesta positiva. Solo la empresa COPA, amistades, familia y la comunidad han logrado proveer a Ornella de alimentación y medicinas, pero no es suficiente. La operación tiene un costo alto, por lo que se solicitan donaciones a la cuenta de ahorro 0401017136856 del Banco General. Celebremos la entereza de esta madre y regalemos esperanza a su hija, quien ahora necesita ser trasladada a EE. UU. para otra operación. Que no haya más encubrimiento en la CSS y cumplan con su eslogan de estar humanizándose.

*ESTRATEGA DE IMAGEN Y RELACIONES PÚBLICAS.

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