• 13/10/2015 02:00

¿Hubo algún descubrimiento? (II)

Lo que no comprendo es cómo se ha trastornado la historia patria, a que no ser que la transculturización y aculturación que han sometido al país

Lo que no comprendo es cómo se ha trastornado la historia patria, a que no ser que la transculturización y aculturación que han sometido al país, los ha llevado a una amnesia colectiva de gobernantes y gobernados hasta hoy. Sin caer en excesos, no podemos desconocer la misión imperialista y explotadora de Vasco Núñez de Balboa, a quien además, se le debe imputar algún grado de responsabilidad por haber violado los DDHH de nuestros pueblos autóctonos y por el exterminio de muchos de ellos.

De manera que al omitir la auténtica historia, las autoridades nacionales han endiosado al verdugo, ofreciéndoles reconocimientos no merecidos y que el ciudadano común lo ve como algo normal, porque ese es el cuento que le han enseñado desde que pisa la escuela primaria (esto a los que saben leer y escribir, porque pasados los 500 años de aquel holocausto, aún queda un porcentaje importante de analfabetos). Entre los reconocimientos no merecidos dados al conquistador español tenemos: se le puso a nuestra moneda nacional su nombre; se creó la condecoración diplomática Vasco Núñez de Balboa; le construyeron una estatua imponente a la orilla del mar, le pusieron el nombre a una avenida en la capital y para corolario, una cerveza tiene el nombre del aventurero, como para celebrar ese masoquismo histórico.

No estoy seguro de que estas actuaciones fortalezcan el patriotismo y la identidad nacional como panameños, pues esta va más allá de los toques de tambores y cornetas en un desfile.

Siendo así las cosas, no es de extrañarse la apatía con la que celebran algunos panameños las fiestas patrias. Por todo lo expresado, cuestionamos a todos los responsables de todas estas acciones: ¿cuándo y dónde harán un homenaje al cacique Urracá por su protagonismo en las grandes batallas en defensa de la nacionalidad y de nuestra gente?

Sin embargo, existen contradicciones como la de haberle dado el ínfimo valor en la moneda nacional de B/. 0.01 (un centavo), lo que no deja de ser una vergüenza para todos. Después de un análisis concienzudo, les propongo a las autoridades nacionales y diputados que a nuestra moneda se le cambie el nombre que actualmente tiene, por el de Urracá, así haremos justicia a quien lo merece; pues, honrar, honra.

ESCRITOR Y DOCENTE.

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