¿Qué hubiese pensado Miguel J. Moreno Jr.?

Me he puesto a recordar algunas respuestas, frases y comentarios de los funcionarios de las diferentes instancias gubernamentales que manejan los temas con la OCDE, el Foro Global, la GAFI, entre otros, y siempre he notado en todos una actitud de resignación. En un foro en el que participé hace mucho tiempo, escuché de uno de ellos una frase que confieso me causó gran indignación: ‘El elefante se sienta donde le da la gana '. Dando a entender que, en estos temas, las mencionadas organizaciones supranacionales y sobre todo los países que las integran, pueden hacer lo que desean por el simple hecho de ser países grandes y desarrollados; por tanto, a los países chicos, como el nuestro, no les queda más que aguantar y acatar las directrices que nos imponen.

Asimismo, me he preguntado: ‘¿Qué hubiese pensado Miguel J. Moreno, Jr., si hubiese escuchado a ese funcionario decir, ‘el elefante se sienta donde le da la gana'? '.

Sin duda, se hubiese indignado y en consecuencia hubiese actuado con más valentía y decisión, haciendo uso de las herramientas que nos brindan tanto la Diplomacia como el Derecho Internacional Público, tal como lo menciona en su obra Misión a Washington , que no sé cuántos funcionarios de la Cancillería se lo hayan leído, a lo mejor habrá funcionarios de dicho ministerio que ni siquiera sepan quién fue don Mike. En la citada obra expresa con gran lucidez: ‘Panamá dio un ejemplo a la comunidad internacional de cómo, por la vía diplomática, puede lograrse un acuerdo satisfactorio entre una gran potencia y un pequeño, pero noble país '.

De ahí la importancia de dos aspectos fundamentales. El primero, como ya he mencionado en otros artículos, la creación de un Ministerio de Servicios, pues, luego de las diferentes presiones que hemos sufrimos a nivel internacional y de los errores cometidos a lo interno, como, por ejemplo, la designación de Stiglitz y Pieth en la Comisión de Expertos para el tema de los Panama Papers , se han generado muchos inconvenientes a nuestra economía nacional que nos restan competitividad, por ataques que sistemáticamente han mantenido organizaciones internacionales que no son fuente de Derecho Internacional Público. De ahí que se hace impostergable la creación de un organismo gubernamental técnico y especializado en la materia que coordine, desde el Consejo de Gabinete junto al sector privado, una política de Estado para la planeación, promoción, fortalecimiento y defensa de las inversiones y la plataforma de servicios internacionales que se brindan en y desde Panamá, que representan un porcentaje importante del PIB del país y que genera muchos puestos de trabajo bien remunerados, directos e indirectos, que tributan y consumen bienes y servicios en el país.

El segundo, conformar un equipo de profesionales que muy bien podría laborar en el propuesto Ministerio de Servicios, que verdaderamente trabaje a tiempo completo no solo el aspecto técnico, sino también el de la defensa del país, de la mano de la Cancillería, utilizando como armas el Derecho Internacional Público y la Diplomacia. No nos llamemos a engaños, los funcionarios de la Cancillería y del Ministerio de Economía y Finanzas, sin dudar por un momento de que siempre han dado su mejor esfuerzo, no se dan abasto con el trabajo que a diario les compete dentro del ejercicio habitual de sus funciones, para luego tener que ver el que este tema tan técnico y especializado les genera. Los mejores panameños deben estar al frente de esas dos funciones e involucrar de lleno al sector privado, que es innegable su experiencia y conocimientos sobre el particular.

Ahondando más en el pensamiento de Miguel J. Moreno, Jr., a quien tuve el privilegio de conocer, cierro este artículo citándolo nuevamente, con lo expresado por aquel Ciudadano Notable de nuestro país: ‘En los organismos internacionales, Panamá no debe jamás permitir que se juegue con su voto como nación, voto este que nunca se debe dar a la ligera. Panamá solo debe tener presente el mantenimiento de los principios de la Justicia, la Equidad y el Derecho Internacional y, antes que todo, velar por la defensa de los intereses auténticamente nacionales '.

ABOGADO