La farsa de la OCDE

Por más de 50 años, los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han establecido su dominio sobre la política fiscal global. El mero hecho de ser países ricos les dio a entender que eran los destinados a dictar las reglas fiscales con la cual todos los países, sin excepción (salvo ellos mismos), tenían que cumplir. Los no miembros hemos tenido que cargar con la mala imagen que nos imponen, con sus listas discriminatorias, con sus efectos sobre la banca de corresponsalía y con los costos reales de medidas de cumplimiento que sólo benefician a países de la OCDE. Injusticia.

La realidad es que se han pasado décadas tratando de imponer a la fuerza sus ideologías socialistas del estado de bienestar europeo, de altos impuestos, de subsidios a empresas ineficientes y a vagabundos. Y ahora, sus problemas se acrecientan con los más de 25 millones de inmigrantes que están y siguen llegando en busca de una mejor vida. Curiosamente, muchos de esos inmigrantes provienen de las excolonias africanas que los europeos se repartieron, esclavizaron y saquearon desde el siglo XIX hasta la fecha. Karma.

La OCDE liderizó estos esfuerzos bajo la denominación de “Marco Inclusivo” (Inclusive Framework) fingiendo que todos los países estaban de acuerdo y esto no fue más que una forma de disfrazar sus verdaderas intenciones. Poco le importó humillar y pisotear la soberanía de los países no miembros a cambio de que estuvieran “de acuerdo”. Mentira.

Ese Marco Inclusivo no sirvió para nada. Los países pobres y los que están en vías de desarrollo nunca han podido participar en igualdad de condiciones en las negociaciones, y la OCDE critica desproporcionadamente a los países pequeños y omite sus críticas y condenas a los países grandes que han sido descubiertos numerosas veces como los principales facilitadores del abuso fiscal corporativo. Saludos a Irlanda, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Bélgica, Estados Unidos, Reino Unido y Chipre, entre otros. Techo de vidrio.

Esta obsesión por controlar la fiscalidad global se manifestó en forma evidente el día 22 de noviembre de 2023 cuando sólo los países de la OCDE y sus satélites votaron en contra de la Convención Fiscal que se negociará en la Organización de las Naciones Unidas. Fueron 125 países que votaron a favor.

Esperamos que el gobierno de Panamá se haga escuchar y sepa defender nuestra soberanía fiscal, principalmente, el principio de territorialidad. Dignidad.