• 31/01/2023 00:00

La Ley Agroalimentaria: ¿ha fallado la política?

“[...] se debe priorizar LA POLÍTICA, porque de ella se derivan las principales transformaciones, si es correctamente formulada, implementada y evaluada, sin necesidad de llevarla a una Ley”

Soy economista, y sé muy poco de Derecho, pero, con mis veintisiete años de servicio en el sector agropecuario, puedo concluir, por simple lectura, que la Ley 352, del 18 de enero de 2023, es, por decirlo así, un resumen de muchos lineamientos de políticas y planes recogidos en las memorias del MIDA, que, desde la creación de esta institución en 1973, ha existido una dispersión legislativa por la cantidad de leyes, decretos, resoluciones y normas.

En el Plan Estratégico Panamá 2019-2024, en su Pilar Estratégico Nº3: “Economía Competitiva que Genere Empleos”, se enuncia al Agro y Seguridad Alimentaria con la Estrategia de HAMBRE CERO-PRODUCCIÓN y CONSUMO RESPONSABLES, con trece lineamientos en conjunción con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS-ONU/CEPAL), ver: https://observatorioplanificacion.cepal.org/es/planes/plan-estrategico-de-gobierno-2019-2024-de-panama.

La POLÍTICA constituye la base de las normas jurídicas y no al revés. La Ley es una norma jurídica de un rango superior y muchas políticas han sido acompañadas de un paquete de normas, que pueden ser decretos leyes, decretos o resoluciones. Sin orden en las normas del cómo hacer las cosas (delimitando el problema), las políticas no van a aterrizar y no pueden desarrollarse. Cabe una anécdota personal, me preguntaron: ¿qué es lo primero, la organización o la planificación? Respondí: organización y cómo hacer las cosas. No se estuvo de acuerdo. La práctica de la política es un asunto de corto plazo, donde resolver lo inmediato es lo imperativo, al igual que entenderla y practicarla. ¿Por qué? Porque el sector agroalimentario es cambiante, día a día, desde el punto de vista ambiental, cultural, social y tecnológico, que afronta diferentes escenarios, multiplicidad de actores e intereses cambiantes. Es por decirlo así, el talón de Aquiles de la Política, precisamente por la dinámica implícita en ella y tiende a caerse en un círculo vicioso. Con experiencias vividas, por ejemplo, como se trastocan los presupuestos al sector agropecuario, desviados hacia otros objetivos del Gobierno y disipando las energías de muchos profesionales.

El 8 de septiembre de 2013, tomé notas de un excelente artículo publicado por La Estrella de Panamá, titulado: “ADIOS AL AGRO, CRÓNICA DESDE EL OLVIDO”, tan completo este artículo que deja mucho que pensar, y ahora se pretende solucionar todo con una ley? Hay que definir y reconocer el (los) problema(s), priorizarlos y cómo los hemos tratado de solucionar, al menos en los últimos 30 años, evaluando sus resultados. ¿Y por qué no aplicar la LEY de PARETO o Regla del 80-20?, teniendo presente las nuevas tendencias de la ingeniería genética verde, granjas verticales y pensar en la agricultura del futuro, sin ser indiferentes a la dinámica intrínseca que conllevan los cambios en el Sector Agroalimentario.

Es importante evaluar si las políticas han sido acertadas o deficientes y en base a esto, priorizar las que conllevan a las principales transformaciones. Una Ley no es la panacea que lo va a resolver todo y menos al sector agropecuario, que es muy complejo; y la institucionalidad no tiene que ver solo con el Derecho; sino que hay elementos sociales, políticos, culturales, económicos, y ambientales, como también de valores morales y conductuales.

Si vamos al significado de LEY, textualmente es una declaración que, manda, prohíbe, o permite y que, pese a su complejidad en el terreno teórico, tal como se enuncia, es en lo pragmático, más difícil. Por eso considero que se debe priorizar LA POLÍTICA, porque de ella se derivan las principales transformaciones, si es correctamente formulada, implementada y evaluada, sin necesidad de llevarla a una Ley.

Economista
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