El objetivo principal de este equipo interinstitucional, según el Ejecutivo, será gestionar la crisis social y laboral que enfrenta la provincia
- 30/05/2025 00:00
Lo que realmente queremos hacer

Millones de seres humanos llevan a cabo actividades que, en el fondo, no desean ni aman, al mismo tiempo que no consiguen hacer lo que realmente aman.
Este fenómeno aparece en novelas o en películas: el protagonista vive una vida monótona, en la oficina o en la fábrica, sin brillo, sin ilusiones. Luego, desvela un lado secreto, un sueño, un deseo que ha dejado a un lado, que no ha podido alcanzar, y eso es lo que realmente quisiera hacer con su vida.
Vale la pena detenernos un momento para preguntarnos: ¿hacemos lo que realmente quisiéramos hacer?
Muchas veces tendremos que reconocer que la “vida” nos ha llevado por una serie de vericuetos, y que al final terminamos nuestros días archivando documentos cuando nuestro sueño era trabajar en un jardín botánico...
No resulta fácil explicar cómo llegamos a apartarnos de nuestros deseos más íntimos. Algunos son arrastrados por las circunstancias. Es el famoso caso del hermano mayor que tiene que trabajar desde muy joven para ayudar a la familia y nunca consigue realizar los estudios a los que aspiraba.
Otros realmente no han logrado claridad sobre lo que realmente quieren hacer, y pasan de una actividad a otra, en un continuo sentirse insatisfechos y confundidos por no encontrar su lugar en el mundo.
Otros no logran poner en marcha sus sueños porque su trabajo ideal exige demasiadas cualidades, o porque otros más capacitados lo ocupan, o porque la sociedad ya tiene cubiertas sus necesidades respecto de ciertas profesiones, a las que muchos no acceden simplemente porque “sobran”.
La lista de situaciones es muy amplia, y el resultado es siempre el mismo: millones de personas no realizan sus sueños, sino que terminan en actividades que, en el fondo, no les llenan, si es que no generan cierta frustración.
¿Hay un remedio a ese descontento tan generalizado? En películas y novelas el protagonista, en un momento dado, cierra la puerta, deja la oficina, y empieza a realizar su sueño.
¿Eso solo ocurre en la fantasía? ¿Hay opciones que permiten a un joven, a un adulto, a un anciano, empezar a hacer lo que realmente quieren?
No tenemos una respuesta a esas preguntas. Algunos aconsejan ser realistas y esforzarnos por encontrarle el gusto a lo que “nos ha tocado”, sin hundirnos en amarguras por lo que no pudimos realizar.
Lo que sí podemos hacer todos, incluso en actividades que parecen muy lejanas a nuestros sueños, es ver qué destello de amor puedo descubrir en lo que ahora es mi vida, y cómo atisbar ocasiones para que algún deseo bueno pueda convertirse, aunque sea por breve tiempo, en realidad, para el bien de mi corazón y para acompañar y hacer felices a los que viven a mi lado.