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- 27/11/2024 00:00
Los panameños que participaron en la batalla de Ayacucho
En Panamá, en 1822, a instancias del Libertador Simón Bolívar, se conformó el Batallón Primero del Istmo, en donde 700 soldados panameños fueron reclutados, entrenados y estuvieron bajo las órdenes del teniente coronel irlandés Francisco Burdett O’Connor, asistido por el coronel colombiano José María Córdova. Tuvieron su sede en el antiguo Convento de los Franciscanos, convertido en cuartel, para apoyar la liberación de América, hasta el 16 de octubre de 1823, cuando este cuerpo militar distribuido en cuatro buques: “zarpó de la bahía de Panamá con rumbo al sur, como parte integrante y principal de la segunda división colombiana auxiliar del Perú, con instrucciones de ponerse bajo las órdenes inmediatas del Libertador, para luego ser refundido en los batallones veteranos “Voltíjeros”, “Pichincha” y “Vencedor”. (Lewis Arango, Samuel, 1947).
Estos ilustres soldados panameños, ya en tierras sudamericanas, tuvieron sus bautizos de fuego contra los soldados realistas en la batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, y en la Pampa de Quinua, donde se escenificó la decisiva batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, que consolidó la independencia del Perú del Imperio español.
Ante la carencia de un listado extenso de los soldados panameños que participaron en las batallas de liberación de América del Sur, nos remitimos al listado de Rodolfo Aguilera (Istmeños Ilustres de la Emancipación, 1887), quien destaca al menos 29 panameños que fueron a luchar a las batallas de Arequipa, Junín, Tarqui, Pichincha, Matará y Ayacucho, entre otras, a saber: Gral. Tomas Herrera; Gral. José D. Espinar; Gral. José Antonio Miró; comandante José M. Chiari; coronel Fernando Ayarza; coronel Francisco Durán; comandante Juan de la Cruz Pérez; comandante Bernardo Vallarino; comandante Bartolomé Paredes; comandante Julián López; comandante Juan Fernández; comandante Sebastián Arce; comandante José A. Vallejos; comandante M.N. Sanguillén; comandante José María Ruiz; capitán Manuel Robles; capitán Benito Lezcano; capitán Mateo Márquez; capitán Ciprián Barrientos; capitán Ambrosio Méndez; capitán Manuel Alemán; teniente Eusebio Solís; teniente Francisco Trinidad; teniente Blas Díaz; sargento mayor M. Carranza; sargento mayor José Ma. Alemán; sargento 1ro. Julián Ardinez; tambor mayor Salomé Cedeño y soldado Manuel Ramos.
Por otro lado, también se debe considerar a Joaquín Vallarino y Bernardo Goitia, mencionados en el discurso pronunciado por el Sr. Francisco Ardila, con motivo de la independencia de Panamá de España en 1874. Otros dos soldados panameños mencionados son: Francisco Gutiérrez Herrera (Susto, Juan B.; 1947; P:10) y el capitán Napoleón Benítez, asentado en la provincia de Chiriquí que, por referencias familiares, estuvo en el Batallón Yaguachi y fue subalterno del Gral. Tomás Herrera en las batallas de Junín y de Ayacucho.
Finalmente, habría que adicionar a otros dos soldados panameños que eran entonces anotados como “colombianos”; es el caso de los hermanos chiricanos Pedro y Florentino Doronzoro, quienes lucharon en la batalla de Ayacucho: “Pedro fue segundo comandante del batallón Araure, mientras que Florentino alcanzó el título de coronel, como observamos en la Historia de la Revolución de la República de Colombia, de José María Restrepo”. (Conte Porras, Jorge; 1998. P:49).
Ambos hermanos con el rango de capitán aparecen anotados en el parte de muertos y heridos del Gral. José Antonio de Sucre, del 11 de diciembre de 1824. Junto con el capitán Miró, teniente de infantería VaIlarino, y el subteniente Paredes, pasan a ser 5 los oficiales panameños heridos en la batalla de Ayacucho. Sin embargo, el comandante Bernardo Vallarino iba a morir más tarde, bajo las órdenes del mariscal Sucre, como comandante de un ejército, en la batalla del Portete de Tarqui (1829), y recibió post mortem “La Estrella de Junín” por su valiente desempeño en el campo de batalla. También moriría en combate el humilde soldado panameño de nombre Manuel Ramos.
Al respecto del significado de esta batalla, el propio Libertador Simón Bolívar expresó al Gral. Antonio José de Sucre lo siguiente: “La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana y la obra del Gral. Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta y su ejecución divina. Las generaciones venideras esperan la victoria de Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando a los americanos el ejercicio de sus derechos y el imperio sagrado de la naturaleza. Usted está llamado a los más altos destinos, y yo preveo que usted es el rival de mi gloria”.
En la ciudad de Panamá, en 1924, al conmemorarse los 100 años de la batalla de Ayacucho, los llamados “Soldados de la Independencia de Panamá de 1903”, desfilaron hasta el sitio donde descansan los restos mortales del Gral. Tomas Herrera, en la Catedral de Panamá, en homenaje al más distinguido de los soldados panameños que lucharon en esta batalla, y quien murió en combate en Bogotá en 1854, de donde sus restos fueron traídos a Panamá en 1864.