• 03/02/2019 01:00

Venezuela y Maduro

En ideologías políticas soy proclive a los sistemas progresistas, llámese socialdemócrata, centroizquierda

En ideologías políticas soy proclive a los sistemas progresistas, llámese socialdemócrata, centroizquierda, y no niego que me identifico con pasajes de las revoluciones que se han dado a lo largo y ancho de América Latina, igual en su momento seguí con detalles los inicios de la Revolución bolivariana de Hugo Chávez, desde aquel golpe de Estado fallido, su indulto y carrera a la Presidencia venezolana, verlo recorrer en imágenes noticiosas el país con su uniforme verde olivo, sus discursos fuertes contra la partidocracia y políticos tradicionales me gustaba y sé que a muchos venezolanos en su momento, cansados y asqueados de lo mismo; sin embargo, al ganar y obtener su reelección y ordenar el cierre de televisoras y medios adversos me desencantó en gran medida.

Vi con buenos ojos el sistema del ALBA, donde se creaba el fondo común para préstamos sin intereses, algunos sustentaban que esto comprometía a los países con el sistema que abanderaba Chávez, no sé si era estar doblemente comprometido con los banqueros tras bambalinas del FMI y seguir amarrado a otras potencias, pero en fin, es otro tema de nunca acabar.

Al morir Chávez queda su vicepresidente, Nicolás Maduro, que en el ejercicio de funciones no ha hecho nada para mejorar o dar un cambio a este hermano país, donde los fraudes son tan normales como el combustible para los autos, donde a todas luces es un títere de la cúpula militar que sale en los medios jurando lealtad hacia él, lealtad que todos sabemos está entrañada en su propio beneficio.

Maduro colapsó con su experimento, porque no concibo que sustente un sistema de Gobierno donde no haya medicinas, comida, salarios irrisorios, con aumentos salariales contra una inflación imparable, no creo que haya un economista serio que se abrogue el sistema ideado en este régimen, y esto va más allá de si asesora Cuba u otro Gobierno, es no sentir respeto en lo más mínimo por la población a la que dice dirigir.

Trump no es de mi agrado, sin embargo reconozco que las medidas de presión son las que debieron ser tomadas apenas empezó la migración de sus ciudadanos, digo esto, porque de parte y parte hay demostraciones de fuerza, lo que puede en su extremo desencadenar en una intervención, lo cual personalmente no sería saludable en un país como este, se deben agotar todas las medidas diplomáticas y disuasorias de baja intensidad para salir por la vía diplomática, aunque a todas luces todo está sobre los hombros de las fuerzas armadas, que retirando su apoyo a Maduro, se soluciona todo esto.

Cada cosa en su tiempo y espacio, y al igual que muchos no conozco nada sobre Juan Guaidó, salvo lo publicado como su hoja de vida y otros destellos de su carrera como diputado. Es actualmente el presidente reconocido de Venezuela por casi toda América Latina y Estados Unidos, como otros países de Europa, y no sé cómo llevaría a cabo su gestión de Gobierno; sin embargo, estoy seguro de que sería una reconstrucción social y económica que empezará con él y terminará con el trabajo y ahínco de todo el pueblo venezolano.

Hace más de un año, pasó por mi casa una pareja venezolana con sus dos hijos, al salir, me preguntaron que si no tenía ropa que no quisiera para ellos y sus hijos, por supuesto que se les dio de mi parte y mi familia. Es por este tipo de situaciones que debe haber un cambio en Venezuela, su gente es para que sea feliz en su tierra que tiene mucho que dar y que no sea usurpada por Maduro y sus titiriteros de la cúpula militar.

ADMINISTRADOR DE EMPRESAS.

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