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- 30/05/2009 02:00
La familia, la escuela y los medios
Los educadores podemos aportar reflexión, coherencia, racionalidad y saber en una sociedad y en un mercado laboral cada vez más cambiante y más competitivos. Pero los nuevos retos educativos de los panameños no son solo escolares, sino que los encontramos en la familia, en la escuela, en los medios de comunicación, en el trabajo y en la sociedad.
La familia no puede desentenderse de sus responsabilidades educativas, aunque en buena parte de la comunidad se escuchan voces y lamentaciones por el escaso tiempo y dedicación de la familia hacia la educación de sus hijos. No es coherente malacostumbrar a los hijos y simultáneamente solicitar al educador que los transforme y los rectifique para que sean buenos individuos, correctamente socializados. Y cuando no se logra formar una persona tolerante, respetuosa, disciplinada, afanosa y perseverante, adjudicar y distribuir la culpabilidad entre la escuela y la TV. En algunos países como España, más de la mitad de los profesores considera que las familias se desentienden de los aprendizajes de sus hijos en la escuela. Igual ocurre en Panamá.
También se echa en falta una mayor participación e implicación de las empresas públicas y privadas en la crisis educativa. Así, muchos empresarios actúan con cierta miopía política y una falta de visión a largo plazo que les empuja hacia una inhibición o abstención ante sus compromisos con la educación.
En cuanto a los medios de comunicación, debería ser posible lograr que los valores de la industria y del mercado audiovisual no se opongan sistemáticamente con los valores del respeto, el civismo, la tolerancia y la democracia. En Panamá se percibe que la TV educativa es casi inexistente y hay un déficit de programación infantil. En nuestra sociedad mediática, a menudo el espectáculo concede una importancia desmesurada a personas y a situaciones artificialmente transformadas en mitos, ficciones o ensueños, y se proponen como ídolos o modelos a personas que son parásitos sociales.
La inercia del sistema educativo y la fuerza de resistencia al cambio nos plantean nuevos retos sociales y educativos en Panamá. Parece necesaria una nueva arquitectura de la educación que sea capaz de coordinar los escenarios escolares con los no escolares; que sea capaz de reformar y, cuando sea oportuno, transformar los objetivos, los métodos, los contenidos, etc.; que sea capaz de orientarse y encaminarse tanto a la infancia como a la juventud, tanto a los adultos como a la tercera edad; que sea capaz de ocuparse además de las personas que soportan diferentes discapacidades; que sea capaz de favorecer la igualdad de oportunidades, etc.
Algunos de estos retos no son totalmente nuevos. Lo que sí es nuevo es el hecho de que se han convertido en retos comunes para los ciudadanos panameños. Y, por tanto, hay que coordinar las políticas educativas y reforzar el sistema educativo en el ámbito de la República de Panamá. Por esto estamos convencidos de la necesidad de una planificación integral de la educación panameña. Es hoy una cuestión urgente para construir un nuevo Panamá. ¡Sin embargo, somos conscientes de que las autoridades educativas acostumbran a reaccionar con inercia y con mucha lentitud a los nuevos problemas emergentes!
-El autor es pedagogo, escritor y diplomático.socratessiete@gmail.com