• 08/11/2025 00:00

Minas a cielo abierto en Panamá, nunca jamás

Igual que el presidente Trump, el presidente Mulino se engaña a sí mismo si cree que la gran mayoría de los panameños creen todo lo que él dice; empezando cuando trata de encubrir el inmenso daño que ha hecho la mina a cielo abierto de Donoso, en Panamá.

Es harto conocido por la gran mayoría de los panameños que la mina de Donoso no solo ha arrasado con la flora y la fauna en el corredor biológico al norte de Panamá, algo que perjudica la migración de las aves entre Norte y Suramérica, sino que, además, ha envenenado las aguas de los ríos y quebradas aledaños, y del Mar Caribe al norte de dicha mina.

Siempre habrá subalternos del presidente que lo respalden y nieguen o traten de desestimar los daños que dichas minas ha ocasionado y seguiría ocasionando de volver a reabrirse con o sin la administración por parte del gobierno; pero todos los más acreditados y serios ecologistas nacionales e internacionales han denunciado hasta la saciedad los grandísimos daños que la mina de Donoso ya ha hecho en nuestro país.

Específicamente, el Dr. Stanley Heckadon Moreno, renombrado ecologista retirado del Instituto de Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), ha señalado que en regiones desérticas de Perú y, particularmente, en el desierto de Atacama en Chile, donde no llueve y los suelos son arenosos, las minas de minerales no causan problemas ecológicos y, por consiguiente, son aceptables y beneficiosas económicamente para esos países; pero, en nuestro país, donde tenemos una flora tropical, donde llueve mucho y donde hay muchos ríos y quebradas, la situación es completamente distinta, y el impacto de cualquier minas de minerales a cielo abierto siempre sería desbastador.

Como es de esperarse, hay muchos y grandes intereses detrás del deseo de reabrir la mina de Donoso; solo que quienes promueven dicha intentona se encuentran muy lejos de esa mina y no sentirían ni sufrirían las consecuencias de su reapertura; mientras que quienes más sufrirían nuevamente serían todos los humildes campesinos que viven en los alrededores de la mina.

Finalmente, pareciera que el presidente Mulino es un ciego y sordo que nunca vio ni oyó la multitudinaria oposición pacífica a la mina durante el año 2023 y que, peor aún, no cae en cuenta de que, si él trata de reabrir la mina de Donoso por la fuerza, lo único que va a causar es un gran revuelo a nivel nacional, algo que va a llevar a nuestra economía al despeñadero en 2026.

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