La interconexión eléctrica entre Panamá y Colombia es una prioridad bilateral, y la oposición de las autoridades comarcales no frenará el proyecto.
- 20/06/2025 00:00
Modelo neoliberal fascista, ultraderechista e identitario

El mundo cambió, el advenimiento de controversias y coyunturas generadas por los nuevos cambios económicos-políticos que hoy muestra el mundo, es lo que definirá el liderazgo mundial hegemónico de la fuerza económica política que dirigirá el mundo. El diseño occidental de poder, “capitalismo salvaje”, dejó de convencer, quizás el gran error de Occidente fue creer que transferir producción, externalizar conocimiento, logística y transferencia de poder a China Popular. China no solo copió, diseñó, mejoró y planificó, hoy son dueños de potencia tecnológica, cerebro digital y potencia económica, hoy el poder llega con satélites y conductores, la guerra se da en líneas de códigos, rutas marítimas y cadenas de suministros.
Pero la caída de la hegemonía occidental se da en una concentración de poder que lucha por la sobrevivencia, de allí que hoy occidente sanciona, corta suministros y excluye del sistema financiero, mientras trata de imponer su dominio a través de la cohesión de un modelo neoliberal con características fascistas, ultraderechista e identitaria, que hoy exhibe y amenaza al mundo.
Primero hay que decir que el neoliberalismo surge en la década de los años 80, como una alternativa a las políticas económica de Jonh Maynard Keynes. Se basa en la libre competencia, la privatización y minimizar la intervención del Estado en la economía, promover políticas orientadas al libre comercio y la globalización.
El fascismo es una ideología política totalitaria, autoritaria, rechazo a la democracia y derechos individuales, de nacionalismo extremo, culto al líder, uso de la violencia. Surge en Italia en la década de 1920, responsable de la segunda guerra mundial.
Extrema derecha o ultraderecha describen movimientos políticos que promueven ideologías ultraconservadoras, ultranacionalistas y autoritario. Su política conduce a la opresión, violencia política y limpieza étnica.
Identitario, se refiere a la identidad de aquello que nos identifica frente al otro, una cualidad de lo idéntico. Es una ideología compartida con un conjunto de pensamientos, actitudes y emblemas que los representan.
Con estos cuatro conceptos unidos se conforma una agenda política que acaba con la democracia, la participación ciudadana y genera la abstención electoral y la despolitización social, socava el Estado y el orden social.
El triunfo electoral de la extrema derecha, enciende las alarmas de la democracia en el mundo, arrasó en Estados Unidos, Argentina, Brasil, Salvador, Hungría, Italia, Francia, Países Bajos y Suecia. Aumenta su presencia política en España, Portugal, Estonia, Croacia y Rumania.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su segundo mandato nos desarrolla un modelo neoliberal, fascista, de extrema derecha e identitario, fase netamente autoritarista, los emigrantes los considera enemigos a los países no amigos les impone aranceles, impone la supremacía blanca patriarcal en una población donde la mitad es de origen negro, latino o asiático. Su discurso muestra un emperador del siglo XXI, desmantela la CIA y a la OMS y OIT en el ámbito internacional. China es su oponente principal quien lo desplaza del dominio del nuevo orden económico mundial.
Para Panamá, esta nueva confrontación por el poder hegemónico del mundo, avalado por la fuerza que históricamente ha tenido mucha influencia en nuestro desarrollo nacional, presiona al gobierno actual y lo induce a promover bases militares, resurgir la quinta frontera, el no cobro de peaje a sus buques y sacar la presencia económica china del país. A la vez, esta controversia ha regenerado nuestro espíritu soberano y patriótico, fundamentalmente al estar seguro de que el canal es panameño y no seremos colonia de nadie. No importa si el gobierno sea amigo del trumpismo, siempre seremos libres democráticos y soberanos. El pueblo panameño manda, hoy y siempre.
Esta nueva política económica occidental amplia los renglones de pobreza y marginalidad de los pueblos, privatiza los servicios públicos, no hay bienestar social. A cambio de aumentar vertiginosamente los capitales de la oligarquía nacional la gran mayoría del pueblo sigue pasando hambre, sin trabajo y aumentando los niveles de pobreza y extrema pobreza. Solo unidos podremos combatir los tiempos de dependencia y sumisión, a que nos empuja el neoliberalismo fascista, ultraderecha e identitario.
El advenimiento de tiempos de controversias y coyunturas generados por los nuevos cambios económicos - políticos, definirán el liderazgo mundial hegemónico de la fuerza económica-política que dirija el futuro de todos.