• 11/03/2022 00:00

Nacionalista por principios – torrijista por convicción

“(Omar Torrijos) [...] propició una nueva Constitución [...] (1972), la estatización de los servicios públicos [...], la electrificación rural, la creación de represas [...], la revolución en salud, educación y vivienda popular de calidad y accesible para los panameños”

Desde el 16 de diciembre de 1969, “Día de la Lealtad”, sumé esfuerzos y letras al proceso revolucionario octubrino, bajo la conducción del líder invicto Omar Efraín Torrijos Herrera, quien murió víctima de criminal atentado en cerro Marta, Coclé, el 31 de julio de 1981, cuyo ideario y realizaciones fueron enterrados junto con sus despojos.

Al cumplirse en el presente año 2022, el 41 aniversario de ese lamentable suceso, destacamos que Omar jamás hizo promesas vanas, sino que construyó un nuevo Panamá decente, en franco desarrollo, y lo hizo, con sus luces largas y cortas, en el período 16 de diciembre de 1969-1978.

Urge observar y analizar la profundidad de su pensamiento cuando en mayo de 1977, al concluir la Operación Militar “Ay, qué miedo!”, manifestó: “El apoyo a una comunidad vale más que todas las tanquetas juntas... Nuestros enemigos son el hambre, las enfermedades, el desempleo, el analfabetismo...”, radiografía exacta, más actual que nunca, en este Panamá donde se han multiplicado carencias múltiples.

Recordemos algunos frutos concretos de su acción a partir del 16 de diciembre de 1969: La Yunta Pueblo-Gobierno, el Poder Popular, con la elección de los 505 Representantes de Corregimientos, que le dio voz y voto a humildes panameños de todas las provincias y comarcas del país.

Destacamos un Código de Trabajo que humanizó las relaciones obrero-patronales, creación de Asentamientos Campesinos en protección a panameños tradicionalmente explotados por los terratenientes de la época.

Tengamos presente que propició una nueva Constitución Nacional (1972), la estatización de los servicios públicos de electricidad y telefonía, la electrificación rural, la creación de represas como la de Bayano, la revolución en salud, educación y vivienda popular de calidad y accesible para los panameños.

Muy pocos se preocuparon por la difusión y defensa de todas esas medidas de probado impacto social, como tampoco se ocuparon de poner en práctica sus “Ideas en Borrador” y el contenido de “La Línea”, pensamiento humanista que escribió como guía sencilla y práctica para dirigir, hacer crecer y liberar al país de usureros mercantiles autóctonos y de la dependencia imperialista.

Es importante resaltar su patrullaje por la patria doméstica para conocer en contacto directo con los habitantes del país sus problemas y ofrecer soluciones inmediatas, libre de la burocracia paquidérmica que floreció en un pretérito sombrío (1903-1968), y es sangrante realidad en el período 1990-2022.

Urge también que se tenga presente que Omar Torrijos, a través de su incansable patrullaje por la Patria Internacional, rescató la Bandera de la lucha generacional, en pro de la verdadera independencia nacional, subyugada e invadida tantas veces por la bestia (666) imperialista (1846-2022).

Destacamos en ese proceso liberador, el Anuncio Conjunto Tack-Kissinger, del 7 de febrero de 1974, Declaración Conjunta redactada por el Dr. Julio Yao Villalaz, a solicitud y honrosa deferencia del propio general Omar Torrijos.

Previamente, durante la reunión del Consejo de Seguridad en Panamá, el 21 de marzo de 1973, se presentó un proyecto de Resolución final (redactada por Julio Yao) a favor de la causa panameña que fue aprobada por 13 votos a favor, 1 en contra (EE. UU.) y 1 abstención (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte). En otras palabras como dijo el canciller Tack, “EE. UU. vetó a Panamá, pero el mundo vetó a EE. UU.”.

Cita especial y aparte merece la mención del nefasto Tratado de Neutralidad de 1977, vigente a perpetuidad, convertido en Espada de Damocles sobre la geografía de nuestra Patria y de la Patria Grande, que colocó a todos los patriotas en la mira del imperio guerrerista.

Dicho tratado no fue negociado por el Canciller de la Dignidad, Lic. Juan Antonio Tack, ni en él intervino el Dr. Julio Yao, su asesor personal, nombre justificadamente mencionado por el rol protagónico que desempeñó -y desempeña- con amplios conocimientos, acción y juicio patriótico sobre estos y otros capítulos fundamentales de Panamá.

Periodista, escritor.

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