• 24/12/2015 01:00

Petición a Papá Noel

En mis archivos no consta que Noel haya sido Papa jamás. Pero vamos a pedirle, ¿quién quita?  

En mis archivos no consta que Noel haya sido Papa jamás. Pero vamos a pedirle, ¿quién quita? Uno de los regalos que más quiero como ciudadano panameño es que nuestra asamblea nacional no sufra la calamidad que está acabando con nuestro patrimonio, porque así como va también se convertirá en un apestoso botadero de basura, refugio para maleantes, mal hablados y, en el peor de los casos, en el mejor urinario público de Panamá. Por eso evito desde hace mucho tiempo ir a las ruinas de Portobelo y a lugares históricos que antes brillaban en las dos costas del Canal de Panamá para orgullo nacional.

Como quisiera que en el árbol de Navidad del Presidente le amaneciera un tren bala, como el que yo monté allá en Japón desde Jojima hasta Nagoya. Para que se le extinga ‘con febril desasosiego' la llamarada de capullos que lo tiene obsesionado en gastar cientos de millones de dólares en un ‘megacostoso' tren rápido que viajaría desde la charca de La Chorrera, hasta el popular gato negro de David, cuando lo fundamental aquí es poner toda la carne en el asador educando al pueblo.

Qué feliz sería por lo que me queda de la jubilación, que amaneciera bien pavimentada la accidentada carretera que va desde la entrada de Las Tibias (Parque General Omar Torrijos Herrera), hasta cerro Marta en Coclé, las reparaciones salen más costosas que la vida a viejo con querida y lo peor es que a los vehículos no se les puede mentir como a las mujeres, esos no se mueven si no se les hace el gasto.

Que emergiera un político con posibilidades de ser presidente, prometiendo eliminar todas las concesiones mineras en Panamá, con preferencia las de oro y cobre. La gente de La Pintada, El Cañaveral y Santamaría está asustada: Se cumple un año de un tránsito continuo día y noche, de maquinarias enormes y pesadas que ni los ‘Chambones' de la Ampliación del Canal de Panamá han movilizado. ¿Qué clase de huecos pretenderán cavar esos mineros extranjeros en nuestra delgada cordillera central? Calculan que con esos equipos tan grandes bien podrían horadar y sorprender a JiJin Pin y Lin Piao una mañana de estas, sentados en sus viejas letrinas rurales.

Y por último, que aparecieran muertos de la risa, ¡pero muertos! los petrimetres de la comisión nacional de reformas electorales, mujeres y hombres mayores de edad, que parecieran estar jugando a la ‘casita' con temas tan serios y determinantes para nuestra nación como las leyes electorales y nuestra limitada libertad de expresión.

ESCRITOR COSTUMBRISTA

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