El objetivo principal de este equipo interinstitucional, según el Ejecutivo, será gestionar la crisis social y laboral que enfrenta la provincia
- 26/02/2022 00:00
La verdad es más profunda que la ficición
Que triste es escuchar comentarios críticos de algunas personas que comparan una serie televisiva de investigación (que todas son ficción) con los resultados, hechos y situaciones reales de los policías locales, sumado claro está, al morbo y bochinche que suele llenar las redes sociales de contenidos totalmente divorciados de la verdad.
Si bien soy fanático de series como C.S.I, Bull, El Mentalista, Criminal Mind, MindHunter, Bright Mind, La Ley y el Orden o Lie To Me, estoy plenamente consciente que todas tienen un toque de ficción y, aunque que algunos episodios estén basados en casos reales, homicidas o psicópatas legendarios y que los guionistas sean asesorados por expertos de la conducta humana, FBI y CIA, sigue siendo ficción.
En todas estas series nos venden una profesión que, para ser honesto, no todos los cuerpos policíacos del mundo la tienen; esta profesión es la del Analista de Conducta para perfilar criminales y, para que tenga una idea, el FBI es la única entidad que posee 59 oficinas alrededor del mundo con dichos expertos.
En el 2021, tuve la dicha de formarme con una de las mejores perfilistas argentinas para obtener mi certificación internacional avalada por 2 universidades, adicionalmente, con ella pude aprender de agentes del FBI, 2 de ellos perfilaron a Saddam Hussein y en especial, la Dra. Mary Ellen O Toole, perfiló al “asesino de la caja de juguetes”, uno de los criminales más sádicos de Estados Unidos.
¿De qué se trata esta carrera? Cuando los recursos de la investigación policial se han visto sobrepasados, un Analista de Conducta para perfilar criminales, es un experto que usa sus conocimientos como herramienta de apoyo en la investigación reduciendo el número de sospechosos que cumplen con ciertas características específicas. El perfilador criminal no señala con el dedo a un sospechoso y menos adapta el perfil confeccionado en un principio a X sospechoso, sino que limpia el camino para encontrar al responsable del crimen.
El analista de conducta usa: informes criminalísticos de campo, fotos forenses que congelaron las diferentes escenas del crimen, el dictamen de autopsia completo, fotos de autopsia, partes forenses, planimetrías, estudios complementarios como las del médico legista, e informes/pericias de otras disciplinas que se encuentren dentro del expediente del caso, también estudia las declaraciones de la víctima, la victimología y detalles muy puntuales encontrados en las escenas para desarrollar un perfil lo más exacto posible.
El Analista Conductual no es un psicólogo ni psiquiatra, de hecho, pide constantemente la colaboración de ellos para hacer un perfil más completo y rara vez va a las escenas del crimen, no como lo pintan en la serie Criminal Minds.
Esta profesión era una materia de estudio dentro de la criminalística que a su vez es una rama de la carrera de investigación criminal y seguridad, hoy, es una carrera aparte por su complejidad y amplitud de campo laboral y no todos los países la ofrecen como carrera.
Para que tenga una idea más amplia, en Quántico Virginia, sede del FBI, existen dos tipos de perfiladores, unos que trabajan en el área de criminología (que son los que vemos en las series tipo MindHunter) y otros que trabajan en el área de contrainteligencia dentro de un grupo Elite llamado Behavioral Analysis Program (Programa de Análisis de la Conducta) a ellos se les llama caza espías y/o terroristas, porque además están capacitados en análisis del lenguaje no verbal, detección de mentiras, micro expresiones faciales y su método de análisis es riguroso, no como el presentado en las series de Tv.
Los crímenes que más han impactado en la opinión pública despiertan un especial interés por las labores investigativas y, es ahí, donde lastimosamente aparecen los "expertos" de ficción y, con todo ese "saber" mano, la línea divisoria entre realidad y guión de Hollywood se convierte en algo peligrosamente fino. También es aquí donde incluso algunos medios, en especial los que no tiene ética, se aprovechan para crear morbo, crear titulares amarillistas y tener más ratings.
La influencia que ha tenido este tipo de ficción es innegable. Programas como los que mencioné han impregnado la pantalla con relatos inspirados en casos reales, pero “ficcionalizados”, que se resuelven en 45 minutos intercalados por comerciales.
Recuerde esto amigo lector, las series de TV buscan entretener a su público utilizando recursos dramáticos, imágenes cuidadas, efectos especiales y las últimas técnicas digitales para hacer más visual un guión. Muchos de estos avances son ciertos, aunque no siempre se accede a ese tipo de laboratorios ni recursos.
Durante este caminar, he aprendido mucho y sigo creyendo que, con todo lo asimilado mi campo profesional se ha ampliado de forma impresionante, porque le cuento, esta rama de investigación sirve perfectamente para recursos humanos, abogacía, seguridad, comunicación social o periodismo; claro está, esto no se logra de la noche a la mañana, han pasado 8 años de estudio, talleres, certificaciones, lectura en pila, entrenamiento diario con aplicaciones especializadas y con experto del FBI, CIA y mucho, muchísimo deseo de saber más.
Si le apasiona este tema como a mí, lo invito a que busque fuentes adecuadas antes de verter una opinión en redes sociales y si es fanático de las series investigativas, siga siéndolo, porque al final son una fuente de entretenimiento y, de vez en cuando, nos regalan una guía interesante para las labores de nuestra vida diaria… muy de vez en cuando.