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- 30/08/2016 02:03
La Universidad de Panamá, el principal legado de Octavio Méndez Pereira
El 30 de agosto de 1887, hace 129 años, nació en la ciudad de Aguadulce, provincia de Coclé, Octavio Méndez Pereira, uno de los intelectuales panameños que más ha contribuido al desarrollo de la educación y la cultura del país.
Aparte de haberse destacado como pedagogo, periodista, escritor y diplomático, quizá el mayor legado que le pudo dejar este insigne ciudadano a las presentes y futuras generaciones de nacionales fue el honor de ser fundador y primer rector de la Universidad de Panamá, cargo que ocupó en dos períodos: 1935-1940, y de 1942 hasta el 14 de agosto de 1954, año en que falleció.
Con justa razón, en 1914, cuando Octavio Méndez Pereira, apenas tenía 27 años de edad, y empezaba a florecer la incipiente República, ya el ilustre educador José Dolores Moscote, predecía el prominente futuro del joven letrado cuando afirmaba: ‘Deseo destacar un mérito singular del joven Méndez Pereira, que no quiero dejar en la penumbra, cual si reserva mental fuera, es el alcance altamente patriótico que va a tener entre la juventud que ahora se alista para tomar puestos avanzados en las luchas por el progreso de la República '.
Pasó el tiempo, 21 años después, en 1935, se cumplió la profecía del Dr. Moscote y se cristalizó el sueño del padre de la educación superior de Panamá, Dr. Octavio Méndez Pereira, de fundar la primera casa de estudios superiores al servicio de las clases marginadas del país.
El maestro de juventudes, como se le solía llamar en la época al Dr. Méndez Pereira, tenía una visión clara acerca del rol que debía cumplir la Universidad de Panamá; por eso, en 1935, al hacer uso de la palabra en el acto de inauguración decía con acierto: ‘Por eso consideré siempre una obra del más elevado patriotismo la creación y formación de nuestra Universidad. Ella constituirá por derecho propio (...) por su suficiencia y por solidaridad internacional en la cultura, el más avanzado vigía de nuestro pueblo y el más fuerte, consciente y eficaz de nuestro destino '.
Las grandes obras de la humanidad han sido creadas con la noble misión de causar impacto positivo y envolvente; de servir como plataforma para el cambio y la liberación de su gente, donde todos los estratos sociales, sin distingos de ninguna índole, se vean beneficiados y la Universidad de Panamá, durante sus 81 años de funcionamiento, ha cumplido a cabalidad con estos preceptos, así lo demuestra el hecho de que el 80 % de la fuerza profesional del país han egresado de sus aulas.
Méndez Pereira, en más de una ocasión, dejó bien claro cuál era su posición en torno a la incursión de los políticos en el tema de la educación: ‘¡La política!. Cuánto progresaría la instrucción pública, cuánto mejor se invertiría los dineros que a ellos se destinan, cuántas injusticias podrían evitarse, si eso que honramos con aquel nombre nada tuviera que ver con la enseñanza! '.
Lamentablemente esa es la triste realidad que se vive hoy día en la Universidad de Panamá, donde la política y los intereses económicos trabajan afanosamente para socavar las bases de una de las instituciones más noble del país que, con esfuerzo, dedicación y muy pocos recursos, ha ayudado significativamente a erradicar la pobreza en muchos hogares panameños, a través de sus más de 200 000 egresados.
PERIODISTA Y PROFESOR UNIVERSITARIO.
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‘¡La política!. Cuánto progresaría la instrucción pública, cuánto mejor se invertiría los dineros..., cuántas injusticias podrían evitarse, si eso que honramos con aquel nombre nada tuviera que ver con la enseñanza! '