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- 25/04/2015 02:00
Políticos panameños
La clase política panameña integrada por los partidos que se han ganado la potestad de administrar el país, han fracasado con sus famosas promesas de campaña, debido a que ninguno ha podido implementar la estrategia ideal para resolver los problemas vitales de la sociedad, de nuestra sociedad.
Los problemas siguen profundizándose a lo largo y ancho de nuestra geografía nacional. Analicemos la Educación, todos sabemos que es necesaria la modernización para que nuestra juventud se prepare a conciencia para ser aceptada en el exigente mercado laboral. El problema de la vivienda está latente, gran parte de la población vive en condiciones infrahumanas, casas condenadas donde no entra ni el aire ni el sol, sin servicios higiénicos, casas que se caen con una fuerte brisa o aguacero.
Si hablamos de salud, camas sin hospitales, problemas para programar una cita médica que pierdes, la tardanza para una cirugía, desabastecimiento de medicamentos, falta de especialistas, nadie dice nada y la población sufre en silencio, Ministerio de Salud y directores de la Caja de Seguro Social que no encuentran la fórmula para resolver esos problemas.
Si hablamos de seguridad, todos estamos presos en nuestras casas, solo tienes que leer un periódico y quedas temblando, el delito sigue incrementándose, nuevos crímenes a diestra y siniestra, cada vez más impresionantes. Si hablo del alto costo de la vida, nadie para esto, pese a que el barril de petróleo cada día baja de precio. Ni hablar del agro panameño, es uno de los más atrasados en cuanto al porcentaje de producción en el área latinoamericana, no tenemos ni siquiera la capacidad para garantizar nuestra seguridad alimenticia a nivel nacional; nuestros servicios públicos son una calamidad, hay sectores en nuestra capital a los cuales no llega el agua potable, imagínense la falta de agua en el resto del país, la luz y el teléfono no paran de subir.
Hay una institución pública que se conoce como la Autoridad de Servicios Públicos (ASEP) que solo contribuye a que los servicios públicos incrementen sus ganancias a costa del bolsillo del pueblo. Voy al transporte público, qué sacrificio, qué cruz para el usuario que padece día a día ese problema de nunca acabar... Esto no es una película de terror, es la realidad. Sume y reste y estará de acuerdo conmigo, la clase política panameña es un fracaso.
ABOGADO