• 27/05/2017 18:07

La disyuntiva del PRD

Estamos sometidos a una extorsión, a un chantaje por quienes debieran ser los pioneros de nuestras posturas firmes y

La influencia de los hechos de la Asamblea Nacional, permean dentro del PRD por el simple hecho de que quienes dirigen al partido son también los que deciden la conducta de la bancada en un escenario pringado de descrédito y corrupción.

Esa dualidad le hace un daño impresionante al PRD, que su presidente y su secretario general son conspicuos miembros de la moribunda Asamblea Nacional y sus alianza internas para mantener el poder interno le transfiere un alto costo político al partido, tanto que le puede quitar la representación de la oposición política en el país o simplemente, pasando por esos tenebrosos trillos de alianzas políticas impresentables, lo sepulte como alternativa política para poder sacar al país de la postración en que se encuentra.

Ese hecho lo advertíamos hace un año atrás cuando enfrentábamos la campaña clientelista que los llevó a detentar la dirección del partido que siete meses después del congreso no atina en la dirección correcta para ser luz en la nación y producir los procesos internos que transformen al partido y lo rescataran como prometieron de las garras de los corruptos y clientelistas, porque de otro modo, es imposible presentarnos ante la sociedad panameña como reivindicadores de los anhelos populares de decoro, dignidad y decencia.

Nadie puede dar lo que no tiene.

Querer hacer ver que las alianzas legislativas son ajenas al destino del partido es una gran mentira que pretende encubrir arreglos egoístas de los diputados que han puesto por delante sus propósitos electoreros al margen del destino del partido y poco les importa con la misma nación.

Estamos sometidos a una extorsión, a un chantaje por quienes debieran ser los pioneros de nuestras posturas firmes y enérgicas para presentarnos como la opción de la salvación nacional.

Los diputados, quienes también dirigen al partido, pringados de actos abundantes de dudas e insostenibles desde el punto de vista legal y moral, pueden llevar en los próximos días al partido a su liquidación como opción de la sociedad para rescatar la paz y el sosiego nacional que añoramos con angustia.

Nuestra sociedad intuye y entiende que solo dos caminos son posibles a la república: El camino difícil, empedrado y estrecho del decoro, la dignidad y la decencia, o la ancha avenida de la inmoralidad, la maleantería y la corrupción. No hay términos medios.

Ante un enorme vacío político de liderazgo que vive el país, que debe ser llenado con el mejor acumulado del pensamiento nacional y los valores más acendrados de nuestro pueblo, no podemos permitir que el chantaje prospere, tan solo por nuestro temor a no enfrentar resueltamente a quienes empeñan y negocian mezquinamente nuestro futuro a cambio de dádivas pasajeras y egoístas, porque efectivamente lo han hecho muchas veces.
 
¡Así de sencilla es la cosa!
 
José Dídimo Escobar Samaniego

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