• 02/11/2015 01:00

La curiosa libertad de prensa panameña

Donde uno vaya encuentra concursos de prensa en Panamá. Los dueños de medios se vanaglorian de la excelente libertad de expresión que tenemos.

Donde uno vaya encuentra concursos de prensa en Panamá. Los dueños de medios se vanaglorian de la excelente libertad de expresión que tenemos. A estos les encanta asistir a reuniones de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), porque allí pueden hablar todo lo que quieran de los abusos del Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y de los exabruptos de Rafael Correa para restringir cada vez más la libertad de prensa en Ecuador. De Panamá, jamás oiremos decir nada porque, según ellos, ‘hay plena libertad de prensa', siempre y cuando la propaganda oficial se reparta ‘equitativamente'. Es tanto su poder que logran que el anteproyecto de ley que regulaba la profesión del periodista sea retirado de la Asamblea.

La cacareada libertad de expresión que se dice existir se aleja totalmente de la realidad; lo que ocurre es que el Gobierno no se mete con ellos como en Venezuela y Ecuador, lo que no significa en absoluto q ue haya plena libertad de expresión.

El pasado 10 de septiembre denuncié penalmente a Melitón Arrocha, ministro de Comercio e Industrias, y a Álvaro Tomás, presidente de la junta directiva de la Caja de Ahorros, por omisión en el cumplimiento de sus deberes como funcionarios. Ambos son miembros por Panamá de la junta directiva de Cable & Wireless, donde reciben mensualmente B/5000 en concepto de dietas. A nuestro juicio no hacen lo que les corresponde para defender los intereses panameños e impedir los abusos que esa empresa mixta comete contra el Erario Nacional, a pesar de tener en sus manos lo que hasta la fecha he denunciado sobre el tema; además, con ambos hablé personalmente de lo que pasa internamente allí, donde los panameños tenemos el 51 % de las acciones (49 % el Estado y 2 % sus trabajadores). Deberían estar allí para defender nuestros intereses y todo indica que no lo hacen.

Ante el anuncio de lo que haría al día siguiente, recibí llamada de Fernando Correa, el anchorman de NexTV. Me invitaba a su noticiero en la mañana siguiente para conversar sobre la denuncia que presentaría contra Melitón Arrocha. Conociendo lo que lidio, fui honesto al advertir que como yo presumía que el interés de ellos en interrogarme era para atacar a un ministro del presidente Varela, que supiera que en este tema de Cable & Wireless también tenía que referirme a lo que el expresidente Martinelli, dueño de ese canal televisivo, había abusado de esa empresa mixta. Aceptó mi condición. Sin embargo, en la noche previa a la cita, recibí llamada de ‘su productora ' para decirme que no podía ir, porque Correa no se había dado cuenta de que tenía otro compromiso. Le dije: ‘No se preocupe, yo sabía que eso iba a pasar '. Ella se rió.

Esa ‘libertad de prensa ' que dicen que existe en Panamá se utiliza para defender intereses o para atacar adversarios; para descalificar contrincantes o para crear falsos héroes. Los medios están dejando de cumplir su papel en la sociedad con independencia y objetividad. Hay temas que no se pueden tocar en la mayoría de los medios: tabú es cualquier noticia negativa sobre irregularidades en Cable & Wireless o sobre los contratos de Odebrecht. Muy pocas fueron las noticias sobre la huelga en la Cervecería Nacional; no se le da cabida a dirigentes de sindicatos como Suntracs. Recuerdo en 1994, cuando tenía con Mario Rognoni el programa ‘Fuego Cruzado ' en TVN Canal 2. El día que llevábamos al capitán Patricio Janson (q. e. p. d.) a criticar algunas acciones relativas a la aeronáutica nacional, simplemente no lo dejaron entrar al estudio, quizá por la relación del canal con los dueños de COPA. ¿Qué tienen en común todos? Son importantes anunciantes o accionistas que no hay por qué airearles sus dificultades en público; sería desleal a sus intereses. Como vemos, poco les importa si con ello no cumplen con el papel de informar con la lealtad y objetividad que le deben al público. Podría decirse que es una libertad de expresión selectiva.

Los periodistas que me entrevistan lo saben; lo comentan entre sí y se burlan de la libertad de prensa que los dueños de medios pregonan existe en Panamá. Hasta comentan que por petición de alguien de arriba no pueden entrevistar a ciertas personas críticas al Gobierno. Refleja que en todo Gobierno siempre se producirán ronchas con las críticas que se le hacen. Olvidan que para ser político hay que tener una epidermis tolerante... y democrática.

Así como los dueños y los Gobiernos tienen acceso a lo que se hace y discute ante organismos como la SIP, también los recipientes de la información deberíamos tener cabida a cuestionar esas prácticas que enturbian la libertad de expresión que debería tener toda sociedad democrática, de verdad. Ojalá que algún día la SIP considere estas válidas preocupaciones.

ABOGADO Y POLÍTICO.

Lo Nuevo