Por la recuperación de la peatonal de la avenida Central

La Estrella de Panamá, en su sección SOCIEDAD, en las páginas 4B y 5B, hace una cobertura periodística sobre el abandono de la PEATONAL de la avenida Central, poniendo en evidencia la incapacidad y desinterés de las autoridades e instituciones competentes en el cuidado y mantenimiento de este importante sitio público en nuestra capital, para vergüenza de propios y extranjeros.

Quiero escribir este artículo para echar sal sobre la herida abierta por la periodista Adriana Berna, para que les duela y sirva de vergüenza (si aun la tienen) al alcalde, los funcionarios competentes del Municipio y la Autoridad del Aseo, porque lo puedo hacer con autoridad, por ser parte del equipo técnico que en su momento estuvo encargado de la construcción del proyecto.

En 1993, al final del periodo presidencial de Guillermo Endara y durante la Alcaldía de Mayín Correa, me correspondió el honor de ser el arquitecto encargado para recuperar del absoluto caos y miseria en que se habían sumido la avenida Central. Aprovechando en su momento la intervención que el MOP creó, al cambiarle el pavimento a la avenida y las calles aledañas, la alcaldesa intervino con la autoridad que le correspondía y aprobación del presidente para transformar el sitio urbano, prohibiendo la circulación vehicular y sacando a los buhoneros y comerciantes de ambas aceras, para devolverle la dignidad al sitio y asignarlo solo para el uso peatonal.

Con esta iniciativa y usando algunos pocos materiales que sobraron de la terminal de transporte que construimos en El Chorrillo más un menguado presupuesto asignado por el contralor Carles, construimos y habilitamos la avenida para su uso peatonal y comercial, devolviéndole a los almacenes del área su antiguo esplendor. Así, y con esta determinación y voluntad política, se creó la peatonal, que va desde la plaza 5 de Mayo hasta el parque de Santa Ana.

Vale indicar aquí que el proyecto que habíamos diseñado no pudo completarse por una serie de ridículas objeciones que impuso la oficina de seguridad sobre accesos y giros de los carros bombas y porque no pudimos incorporar el área a un rango de valor patrimonial que lo blindara de las omisiones y/o intervenciones que pudieran destruirlo en el futuro, como está sucediendo actualmente. Con la incorporación patrimonial del área pretendíamos rescatar y restaurar en ambos lados de la avenida edificios de inmenso valor histórico, como son: La Beneficencia Española, el Bazar Francés, el Banco Nacional, la Caja de Ahorros, la Pollera, el teatro Central, Félix B. Maduro, el Bazar Americano y la Quinta Avenida, entre otros tantos que deben conforman nuestra memoria urbana.

Aun así, la recuperación de la avenida Central ha sido, a mi juicio, una de las acupunturas urbanas más importantes que se han logrado hacer en la ciudad capital. Es, para todos los efectos, la creación de un centro comercial popular abierto y lineal que alegra con su uso pintoresco el diario vivir de nuestra ciudad.

Es por esta razón que me indigna tanto como ciudadano y actor de este proyecto, el abandono en que lo han sumido los alcaldes Navarro, Blandón y Fábrega, permitiendo con su negligencia e indiferencia el vergonzoso estado en que se encuentra la peatonal. Mostrando con esta desidia un innegable propósito por mantener en mal estado los proyectos creados por la alcaldesa Correa, a modo de envidia política, para opacar con esta actuación el éxito y la diferencia entre sus pequeños logros versus el éxito rotundo de su competidora política.

Sinceramente, considero que dejar la peatonal en manos y administración municipal es inútil y absurdo para intentar recuperarla. Es necesario redimir este sitio urbano de la incompetencia y desinterés político en que está sumido. Para lograrlo debemos conseguir otra forma administrativa que lo regente y mantenga.

Quiero proponer aquí, que el Ministerio de Cultura pueda crear un Patronato similar al que administra el área histórica de Panamá Viejo para recuperar y administrar la peatonal de la avenida Central. Solo así podremos sacar a la peatonal de la vergonzosa situación en que está sumida, para volver a integrarla al uso público y además completar el proyecto como lo habíamos concebido: la entrada al Casco Antiguo y además incorporar el arrabal a su entorno histórico y restaurar los edificios antes mencionados, que merecen estar conservados en nuestra memoria urbana como parte integral de este singular y especial sitio urbano.