• 31/10/2022 00:00

Robos planificados desde las cárceles

“[…] muchas veces quien ejerce cabalmente sus funciones, queda sin trabajo o privado de libertad, mientras delincuentes sorprendidos “infraganti” quedan en libertad con absurdas medidas cautelares, [...]”

ALERTA CIUDADANA. Un peligroso fenómeno criminal, digno de ocupar lugar especial en Ripley, viene ocurriendo en este folclórico país nuestro, que se origina en las cárceles del país, que no es otro que la planificación de hechos delictivos, en perjuicio de panameños honestos, que se ejecutan fuera de los recintos carcelarios, por sicarios al servicio de matones privados de libertad.

Ya nada nos sorprende en este confiado país, puesto que es increíble todo lo que se encuentra en requisas que efectúan las autoridades en los recintos carcelarios, desde armas, televisores y celulares, hasta cigarrillos a granel y bebidas alcohólicas altamente cotizadas, para efectuar actividades que nada tienen que ver con la resocialización de los violadores de la Ley.

Y la ciudadanía entera se pregunta ingenuamente: ¿todo lo anteriormente descrito entra a las cárceles del país por actos de magia, para lo cual los ejecutores hasta drones utilizan, aparatitos que nadie ve y que nunca se descubre su procedencia?

Pero volvamos a lo que planteamos en esta ALERTA CIUDADANA: los delitos que se cometen en diversas partes del país, ideados por líderes del bajo mundo tras las rejas. ¿Personas amigas nos han informado haber sido estafadas, a través de llamadas telefónicas? o ¿mensajes a sus correos electrónicos?, con el invento de familiares secuestrados y otros falaces argumentos, que inquietan a ciudadanos honestos.

Aquí cabe otra pregunta: ¿cómo obtienen estos delincuentes esas facilidades tecnológicas, quienes por cierto tienen derechos humanos que deben respetarse, pero es necesaria una adecuada supervisión? ¿Quién o quiénes cumplen este rol sin violar derechos de terceros?

Otra estafa común se da a través de llamadas en las que se informa a la víctima que es ganadora de un jugoso premio, que para hacerlo efectivo debe comprar “x” cantidad de tarjetas de celulares, personas que, ingenuamente, caen en el engaño y pierden todo. ¿Quiénes son los autores, sus cómplices y qué hacen, al respecto, autoridades y empresarios, mientras sigue la fiesta y el despojo?

Este tipo de delitos y otros tantos, que a diario se cometen en el país, verbigracia, femicidios, asesinatos, secuestros, narcotráfico, evidencian que los criminales van miles de kilómetros delante de las autoridades competentes, sin que exista y se le dé seguimiento al margen de cambios de Gobierno, a programas concretos de prevención, que, al final del camino, son menos onerosos que el costo del castigo y del mantenimiento de cárceles, que son universidades del crimen.

¿Quién le presta atención a la inexplicable desaparición física de ciudadanos, que nadie sabe si son o no encontrados? De acuerdo con expertos en la materia, este tipo de delitos está dirigido a la venta de órganos, la prostitución y el narcotráfico

Los últimos robos a instituciones bancarias del país, con o sin la participación de gatos de casa, es otro fenómeno que amerita un estudio serio, permanente adiestramiento de los estamentos de seguridad y el máximo rigor legal aplicable a quienes resulten culpables.

Como si lo anteriormente reseñado fuera nada, delincuentes internacionales también están estafando a personas del patio, con falsa información de herencias o premios recibidos en metálico, que inexplicable y generosamente desean compartir, para lo cual solicitan informaciones privadas. Esperamos que nadie coma de esta clase de cuentos, porque les dejarán sin nada.

Queda en evidencia que los delincuentes de todas partes se modernizan, se especializan en el uso de la tecnología actual, mientras seguimos haciendo el papel de ingenuos, negándonos derechos jurídicos y humanos, que le son ampliamente reconocidos a forajidos de cualquier laya.

Esto explica, no justifica, que muchas personas, autoridades o civiles, ante la comisión de un delito miran hacia otro lado, porque muchas veces quien ejerce cabalmente sus funciones, queda sin trabajo o privado de libertad, mientras delincuentes sorprendidos “infraganti” quedan en libertad con absurdas medidas cautelares, todo esto propio de un país festivo, alegre y confiado.

Periodista y escritor.
Lo Nuevo
comments powered by Disqus