• 05/05/2020 00:00

Cuando el sacrificio se hace doble

“Dolor por el sacrificio mismo; doble porque los que deberían no se sacrifican”

Minutos que caminan como si no se quisieran ir. Semanas y días que se parecen con similitud descarnada. Mes y medio encerrados. Para la mayoría, duro y cruel; 24 horas en un espacio nunca percibido tan diminuto… y, quédate allí: viene la Policía. Además, bolsas de comida y bonos que no llegan cuando deben; mucho desorden e improvisación. No hay trabajo ni ingresos; menos esperanzas. El encierro es más difícil, porque se desconoce qué pasará cuando todo termine; genera desconcierto. El sacrificio ha sido heroico para gran cantidad de panameños.

En ese periodo solo escuchamos: “Quédate en casa”, “cumple la cuarentena”, “evita el contacto directo”, “usa mascarillas, guantes; lávate repetidamente las manos”, aunque no haya agua. Afortunadamente, la población, a pesar de sus limitaciones, ha cumplido con los ruegos. Por eso nos ha ido bien, gracias también al excelente equipo que ha dirigido los asuntos de salud, dirigido por la ministra Turner.

Sin embargo, la población se siente que no ha habido mayores contraprestaciones de parte del Gobierno. No percibe el famoso “Sacrificio compartido” del que habla Cortizo. Y es que, mientras se piden más sacrificios, quien los solicita también debería poner de su parte. ¿Percibimos un Gobierno que da lo que pide a diario? Es como el padre que implora al hijo que no tome, pero diariamente llega borracho a casa… “Hagan lo que digo, no lo que hago”.

De los famosos “equipos”, solo ha dado la luz en ese túnel oscuro, el de Salud aportando mucha credibilidad; fueron dos de sus asesores, Xavier Saint Llorens y Julio Sandoval, los que protestaron por lo turbio de la compra de 100 respiradores que costaban 900 % más de su costo regular.

Luego de la renuncia del viceministro de la Presidencia, chivo expiatorio del embrollo, nos traen a uno “nuevo” con experiencia profunda hasta en la dictadura que, hasta hace unos días, era secretario general del Idaan. ¡Sí!, la entidad donde se dieron fallidos contratos para repartir agua en carros cisterna, y que ocasionó aquel famoso e inolvidable reclamo del presidente Cortizo, al decir que “no estaba hecho de leche condensada”, veneno para los diabéticos como yo.

La economía se ha contraído en forma silenciosa y rápida, particularmente la mal llamada “informal”, aquella de los emprendedores, la de la gente que hace su propio camino. Los recursos públicos han disminuido casi a la mitad y muchos municipios han anunciado su posible quiebra; más desempleo. Todo este paisaje se hará más profundo y grave entre más tiempo pase, la pandemia no sea controlada y siga la cuarentena.

Es bueno que se contraten más médicos y enfermeras y se adquieran mejores equipos e insumos sanitarios, eso sí, vigilantes de que no se abuse de estas compras. Ya ha ocurrido, como el contrato de publicidad de dos millones al directivo del Banco Nacional, violatorio de las leyes de ética existentes. O de un costoso hospital modular que no se ha abierto al público y que quizás resulte innecesario, del que todavía no han rendido cuentas.

Nos preguntamos, ¿ha tenido el Gobierno un comportamiento leal con lo que le correspondía? ¿Ha sido transparente en las compras y contratos hechos? ¿Habrá un plan serio de contención del gasto público en momentos que las recaudaciones han caído tanto? ¿Qué sacrificios hace para reducir la abultada planilla oficial en momentos en que la mayoría de sus oficinas están cerradas? Solo ver la exagerada planilla del Ministerio de la Presidencia, ya quitada de la web, causa espanto. ¿Ha habido algún intento serio de ajustar lo que reciben en rubros que no utilizan, como gastos de presentación y de movilización? ¿Por qué se siguen alquilando vehículos cuando gran parte de la flota estatal está sin usar? Ha seguido el fiesto y, como si no les importara, en nuestras propias caras.

La percepción es que se ha pedido mucho y poco lo que se ha dado. Ha habido mucho aspaviento y mucha mentira. El dolor es por el sacrificio mismo y, doble, porque otros no se sacrifican. ¿O creen que la gente no lo está reclamando y se percata de ello? Duele que sigan echando cuentos y hablando de equipos y planes que no existen; por eso hay tanta protesta callejera e irrespeto a la autoridad.

En momentos de crisis se dan las oportunidades. Tanto para destacarse como el gran líder, como para hundirse como el perfecto villano. Sabemos lo que queremos todos, porque nos importa y nos duele el país.

Presidente Cortizo: Aproveche el momento y crézcase. El país se lo implora. Póngale un alto a los que tanto daño les están causando a usted y al país.

Abogado y político.
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