La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure la salud y el bienestar. El derecho a la salud es inclusivo y consta de diferentes aspectos que incluyen la no discriminación y el derecho a la educación relacionada con la salud, tratamientos, etcétera.

La salud es un derecho consignado en el capítulo 60, artículo 105 de la Constitución: “Es función esencial del Estado velar por la salud de la población de la República. El individuo, como parte de la comunidad, tiene derecho a la promoción, protección, conservación, restitución y rehabilitación de la salud y la obligación de conservarla, entendida esta como el completo bienestar físico, mental y social”.

El derecho de las personas a recibir los servicios de asistencia sanitaria necesaria, cuándo y dónde sea necesaria, sin experimentar dificultades económicas, como parte de una cobertura sanitaria universal. Un pueblo sano es el mayor activo de una sociedad próspera.

Reconozco los grandes esfuerzos que se han realizado en la administración del presidente Laurentino Cortizo Cohen, entre ellos, mejorar la adquisición de medicamentos y generar procedimientos que acorten los tiempos de compras generando ahorros de más de $20 millones de dólares para las finanzas públicas. Sin embargo, aún muchos pacientes se están quedando atrás, en especial los de enfermedades crónicas, críticas y degenerativas que se viven en Panamá.

Un paciente enfermo no puede trabajar, ni puede llevar una vida mínimamente feliz. Sin su enfermedad controlada se afecta su calidad de vida, se afecta su entorno familiar y aumentan los costos para el sistema de salud, pues es un usuario permanente de otros servicios como cuartos de urgencia, pensiones por discapacidad y hospitalizaciones frecuentes.

Un paso importante para mejorar la calidad de vida de quienes padecen una enfermedad crónica, crítica o degenerativa es mantener actualizado el listado oficial de medicamentos de la Caja de Seguro Social. No siempre ocurre debido a una serie de barreras para la incorporación de medicamentos innovadores al mismo. La principal barrera es que no existe una norma que indique cada cuánto tiempo se debe revisar y actualizar.

Además, los “mitos” que rodean el tema de inclusión de nuevos medicamentos operan también como obstáculos: que va a aumentar el gasto en medicamentos; que no existe evidencia contundente de que son mejores de lo que hay; que los médicos van a recetar lo nuevo y dejan de lado las terapias tradicionales, etcétera.

Es urgente superar esas concepciones erradas. Es urgente actualizar el listado oficial de medicamentos cuanto antes.

Si el medicamento está en el listado oficial, el paciente podrá recibirlo con menos interrupciones, el principal factor para que un medicamento haga su trabajo curativo o de control de la enfermedad; por tanto, el paciente tendría la mejor calidad de vida posible, sin la incertidumbre de cuándo recibirá su medicamento.

Superar esa lentitud en la actualización del listado, traerá ventajas también al Sistema de Salud: disminución en gastos en cuartos de urgencia, hospitalizaciones y pensiones anticipadas, podrá comprar por volumen, lo que favorecerá mejores negociaciones por los medicamentos. Por eso, es urgente y necesario: una tarea para ayer.

Desde la Federación Nacional de Asociaciones de Pacientes con Enfermedades Críticas, Crónicas y Degenerativas (Fenaeccd) exhortamos a no ignorar más este tema. Por muchos años, se ha pasado de largo: ya es hora de cambiar y es imperativo que los tomadores de decisiones se replanteen los procesos actuales, y que de forma decidida se resuelva esta necesidad de acceso a medicamentos.

En ese sentido, los candidatos a la presidencia, ya tienen en sus manos nuestras propuestas para la mejora del sistema público de salud. A los aspirantes se les hizo ver la necesidad de contar con un listado oficial de medicamentos del país, dirigido por un organismo existente: la Comisión Nacional de Medicamentos de Panamá. De tal manera, las instituciones de salud solo verificarán la necesidad requerida por los pacientes y recetada por el médico se encuentre en ese listado, para proceder a su adquisición. Asimismo, las compras deberían de realizarse bianualmente y redireccionar, del presupuesto de medicamentos que para este año son $314 millones de dólares, la suma de $30 millones para compras de medicamentos de ese tipo.

Como país estamos obligados a atender a quienes la padecen. Como sociedad, debemos velar para que nadie se quede atrás. Fenaeccd invita a las autoridades en salud a priorizar la prevención de complicaciones y cumplir con el compromiso de incluir en el listado unos 30 medicamentos que hoy se compran por el mecanismo de compras excepcionales (un compromiso del actual director médico de finales del 2023).

El “sí hay” es más que solo un lema de lucha. Para Fenaeccd el “sí hay” es una acción afirmativa y en derecho real para contar con la posibilidad de recibir su medicamento, como parte de la lista oficial para quienes deben llevar su día a día con una enfermedad crónica.

La autora es presidenta de la Fenaeccd
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