• 16/02/2015 01:01

Residuos del tintero

Para un lunes de carnaval es probable que pocas personas estén al tanto de las noticias y mucho menos de las columnas de opinión

Para un lunes de carnaval es probable que pocas personas estén al tanto de las noticias y mucho menos de las columnas de opinión, a pesar de que el mundo no se detiene porque nosotros andemos saltando en la mojadera o tirados en alguna playa del interior. Una vez regresa la normalidad el próximo jueves, debemos velar para que continúen avanzado todas las investigaciones relevantes a los casos de corrupción. Hoy aprovecho para tocar temas que se quedan en el tintero como reflexiones sobre los acontecimientos ocurridos en las últimas semanas y que no he podido reflexionar sobre las mismas por diversas razones.

Si analizamos lo que ocurrió con el anuncio de aumento a los jubilados con el impuesto sobre la gasolina, entenderemos que la falla nuevamente se da en el proceso de comunicación. Los estrategas fallaron en tratar de venderle al consumidor que era B/.0.05 centésimos por litro y que era una cifra ‘irrisoria’ (como lo calificó la viceministra) para lo que ya se venía ahorrando, amén de que el mismo Gobierno hacía énfasis en los extraordinarios ahorros que la baja de la gasolina ya producía. A pesar de que ya es tema superado debido al retiro que hizo el presidente Varela de la propuesta, reflexiono sobre el asunto desde el punto de vista de la comunicación.

Para vender una idea sobre esa propuesta que parece sencilla, hay que señalar varios aspectos. El panameño común se resiste a funcionar, o mucho menos pensar, en términos de litros (Sistema Internacional de Unidades). Aquí se habla de galones (Sistema Anglosajón de Unidades o Sistema Inglés), muy a pesar del cambio de Sistema instaurado ya hace más de 15 meses. A veces mezcla los sistemas. Ahora para carnavales fíjese que muy bien puede pedir un litro o un medio galón de ‘Seco’ para seguir celebrando, dependiendo de lo que quiera gastar en el momento. En los supermercados, la sección de embutidos, los extranjeros piden sus viandas en ‘kilos’, el panameño, por lo general, pide en ‘libras’.

Volviendo a lo de la propuesta retirada, rápidamente lo convirtieron a galones, y resulta que el aumento era de un poco más de 0.20 centésimos de balboas por galón. La idea era hacer parecer que los B/.0.05 centésimos poco afectaban el presupuesto del consumidor medio. Esa fórmula de presentarlo a la comunidad no previno que los consumidores hicieran el cálculo en términos de galones.

Por otro lado, primero se informó lo del aumento a los jubilados y horas después, comunicaron de dónde iba a salir el dinero. El acomodo de la verdad, la presentación de la verdad, espaciado en tiempos definidos, hace daño a la credibilidad de cualquiera. Les toca a los asesores decirles a sus jefes todas las reacciones posibles a una noticia, desmenuzar y calcular las posibles reacciones. Es decir, en este caso, que de la población receptora iban a salir propuestas de ponerle impuestos al licor, cigarrillos, etc., además de que no había forma de explicar esto con tantos millones robados y por recuperar. Acomodar la verdad siempre deja sus huellas para mal y expone a los jefes. No hay manera de convencer a nadie de que esto no era un impuesto.

En otro tema más apropiado para estos días de desenfreno, si creen que amenazando con multas a la población si se dan ‘actos de desenfreno que riñen con el pudor’, más vale que piensen de nuevo. Eso no es un freno para los que, en medio de las multitudes, se dan cuenta que pueden desnudarse y exponer su verdadero Yo sin sentir vergüenza alguna. El ser humano, entre sus peculiaridades le cuesta mucho trabajo controlar su íntima verdad cuando otros lo azuzan.

A nivel internacional, Dominique Strauss-Kahn está siendo nuevamente enjuiciado en Francia por ‘proxenetismo agravado’. Strauss-Kahn, exdirector del Fondo Monetario Internacional, figura presidenciable francés, fue exonerado de acusaciones de violación en Nueva York, hace unos años. En su defensa en este nuevo juicio, dijo que solo participaba de no más de ‘cuatro orgías al año’ y que ignoraba que las mujeres que participaban en esas fiestas eran prostitutas. Ese sigue siendo el ‘verdadero Yo’ de Strauss-Kahn, igual que el de aquellos a los que las amenazas de multa no detendrán y de los que se desnudaron para robarnos el dinero del Estado sin vergüenza y sin sonrojar.

COMUNICADOR SOCIAL.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus