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- 17/03/2022 00:00
Las trampas del nuevo mercado de mariscos del alcalde Fábrega
Como resultado de mi reciente artículo sobre el nuevo mercado de mariscos, que titulé “Para los amigos del alcalde Fábrega”, recibí muchos comentarios en apoyo a mantener el mercado existente y no destruir el parque Mirador del Pacífico. Unos pocos favorecieron la construcción de “nuevos” estacionamientos y algunos dijeron, en forma cínica o jocosa, que mi escrito no tenía destinatarios porque el alcalde Fábrega no tiene amigos. No lo creo.
La mejor opinión resaltó que el proyecto propone resolver el embudo vial que hoy impide el buen flujo vehicular al final de la avenida Balboa, en el tramo entre las cintas costeras 2 y 3, un problema de diseño que debe ser resuelto. Esa persona también me envió un video, que yo desconocía, titulado “Alcaldía de Panamá – reactivación integral 2021”, donde el Municipio promueve la construcción del nuevo Mercado de Mariscos. El video, muy bien realizado, está lleno de trampas. Veamos algunas de ellas.
En primer lugar, el Municipio de Panamá pretende con este proyecto solucionar el problema de las calles y el tránsito en la ciudad, una labor que corresponde al Ministerio de Obras Públicas (MOP), que cuenta con un grupo de especialistas en el diseño y ejecución de proyectos de infraestructura vial, y que evalúa y decide sobre propuestas como las del Municipio. Utilizar los fondos municipales de la descentralización para financiar y llevar a cabo obras que le corresponden al MOP y al presupuesto del Gobierno central, pudiera resultar en un mal uso de los recursos públicos y, en el corto plazo, traer consecuencias legales adversas para los responsables y el ejercicio de subir y bajar escaleras.
La propuesta del Municipio divide el lote donde opera el mercado actual de mariscos para permitir la construcción de una vía de dos líneas de entrada a la ciudad para los vehículos que provienen de la cinta costera 3 y el casco antiguo. El edificio existente permanece para albergar un nuevo mercado de artesanías.
Quienes pasamos con frecuencia por el mercado de mariscos, sabemos que el tranque se debe a la frecuente interrupción del flujo de vehículos debido al cruce continuo de peatones que se dirigen o se retiran del mercado, sin ningún patrón o control de parte de los estamentos de seguridad o del tránsito.
Una alternativa para trazar una nueva ruta de entrada y salida de la ciudad propone la adquisición del lote donde operó, desde la década de 1920, el negocio de Mario Galindo T., para la venta de materiales de construcción, próximo al patio del ferrocarril y los muelles donde llegaban o se embarcaban mercancías de diferentes procedencias y destinos. Además, esta ubicación ofrecía una cercanía a las nuevas áreas de desarrollo y construcción urbana de esos años, como Marañón, Calidonia, La Exposición y Bella Vista. Hoy el sitio lo ocupa, para los mismos propósitos, la empresa Cochez y Cía., una herencia de cuestionable valor comercial presente, al no contar el sitio con las condiciones o ventajas originales.
Para mejorar el diseño, sugiero ampliar el área mencionada para unir el espacio entre la calle 15 oeste, la avenida Eloy Alfaro, la Cinta Costera y la calle Ramón Valdés, donde operan algunas actividades comerciales de poco impacto. Esta ampliación permitiría conectar, a través de una plaza amplia, segura y vistosa, el mercado de mariscos, el mercado San Felipe Neri y la entrada al barrio chino. Esta opción generaría el espacio suficiente para lograr una solución vial y peatonal integrada, con beneficios comerciales y turísticos, con flujos ininterrumpidos de vehículos y personas, y con instalaciones apropiadas para el servicio de metrobús, hoy inexistentes o muy precarias.
Otra trampa del proyecto es la percepción de que este resolverá el problema de los estacionamientos. El Municipio plantea en su propuesta la construcción de un edificio de dos plantas, para 250 vehículos, en el mismo sitio donde ya existe el espacio con una capacidad de 190 vehículos. Sin embargo, quienes ahora se quejan de la falta de estacionamientos, argumentan que “estos están muy lejos para caminar”. Algunos incluso osan decir que el área está tan lejos que los mariscos se deterioran en el trayecto.
Hablar de un nuevo mercado, sin un estudio de factibilidad, con plantas de tratamiento de agua, áreas de acopio y refrigeración, con acceso a la cadena de frío y al abastecimiento de hielo para el recibo, manejo, almacenaje y consumo de pescados y mariscos, suena muy bonito, pero pudiera ser un truco de mercadeo para justificar una inversión innecesaria. Todas esas facilidades se pueden incorporar, a un menor costo, dentro de las infraestructuras existentes y brindar un servicio de calidad a quienes visitan todos los días el mercado.
Un nuevo mercado de mariscos de 43 millones, fundamentado en ideas grandiosas y una publicidad engañosa, sin números que lo sustenten y sin un amplio debate, solo refleja un desprecio por la participación ciudadana y una ausencia de sensibilidad a las verdaderas necesidades del Municipio.
Estoy seguro de que el alcalde José Luis Fábrega sabrá medir la realidad y anticipar la consecuencia de sus decisiones.