Urge un Frente Amplio Estructural Anticorrupción

Corrupción galopante impunidad y corrupción de los últimos Gobiernos neoliberales que se han repartido el poder público, posterior a la nefasta invasión de 1989, ameritan la conformación cuanto antes de un frente amplio, que reúna lo más prestante de la sociedad decente del Panamá profundo, en plena decadencia.

Este grupo de compatriotas comprometidos con un auténtico desarrollo sostenible inclusivo, debe tener como objetivo central, no solo sacar de escena pública a los corruptos comprobados, que en el pasado reciente robaron y asaltaron de manera cínica las arcas públicas nacionales, sino que propiciaron e institucionalizaron la corrupción como un “modus operando” y que hicieron del juegavivo y la coima un hábito normal de un grueso sector de nuestra población y que pretenden continuar en la arena política “in sæcula sæculorum amen”.

Este frente de fuerzas honestas debe tener como hoja de ruta el examen objetivo de los avances que, en materia de nación-país, hemos alcanzado en importantes coyunturas, donde las realizaciones cívico-sociales nos colocan como un país de oportunidades y de valores éticos. Recordar, por qué no, los logros y avances que alcanzaron estadistas panameños de la categoría y talla de BELISARIO PORRAS BARAHONA (tres veces presidente), HARMODIO ARIAS MADRID, JUAN DEMÓSTENES AROSEMENA, OMAR TORRIJOS HERRERA; donde la gran Patria Panamá vivió momentos estelares de innegable desarrollo sostenible y cuyas obras jamás podremos ignorar. Sin embargo, en otros aciagos momentos, la llamada “patria boba”, que en su momento HERNÁN PORRAS, marcó tenebrosos momentos en el devenir de nación mediatizada, donde la antipatria estuvo vigente con etiquetas extranjerizantes, en donde la genuflexión y vasallismo orientan la marginalidad y exclusión imperante. Por ello, hoy cobran evidencia y puntualidad los seguros y puntuales señalamientos de nuestro cantautor RUBÉN BLADES, cuando llama a cerrar filas a la comunidad nacional que nos permita construir, conciliar y debatir un proyecto de país capaz de producir cambios profundos y estructurales donde los ciudadanos decentes comprometidos con el multipolarismo y con una auténtica democracia participativa, nuestro Panamá pueda encontrar el camino de la justicia social que mejore sustancialmente la calidad de vida de la presente y futuras generaciones.

Reiteramos este llamado con una hoja de ruta, donde el Estado nación en crisis podamos superarlo en ese sentido y sumar esfuerzos y voluntades en un compromiso que no podemos soslayar.

El debate apenas comienza y la agenda país debe encontrarnos unidos hacia objetivos superiores, donde cada panameño decente debe ser un partícipe en la patria grande que anhelamos edificar, esa es nuestra propuesta patriótica, coherente. La mesa está servida.