Cuando los ‘globalizadores' (los Obama, Clinton, Merkel, Cameron...) hicieron su última jugada para lo que debía ser el mundo según ellos, no imaginaron que abajo hervía un sentimiento de frustración y decepción que resquebrajó todo el plan. Y es que la globalización, si bien hizo el mundo más pequeño, también benefició a los más ricos y empobreció a la clase media. Los ingleses fueron los primeros en manifestarse con el brexit , luego los estadounidenses y por allí siguieron otros países hasta la sorpresa de Macron en Francia. Los ‘globalizadores' fueron derrotados, pero ahora pretenden exacerbar los ánimos a nivel mundial y fomentar una crisis que nadie imagina dónde puede terminar. Lo cierto es que Panamá fue una de las grandes víctimas del último envión de los ‘globalizadores' con ese ataque certero de los Papeles de Mossack & Fonseca, la Lista Clinton, el boicot contra la inauguración de la ampliación del Canal y los ataques feroces del GAFI contra nuestro centro financiero... Si a ello sumamos que nos invadió una ola de inmigrantes y de inseguridad, no podemos menos que concluir que la estrategia era desprestigiarnos a nivel internacional para opacar nuestro imán estratégico. Y es que Panamá fue envidia de muchos países, desarrollados o no, que vieron cómo este pequeño país atraía grandes empresas a instalarse aquí por su conexión y su gran crecimiento. Pero los panameños no podemos quedarnos con los brazos cruzados, pues, si bien la amenaza cesó en parte, debemos prepararnos para amenazas en el futuro.

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