Víctimas ciudadanas

Panamá no se merece la clase política que tiene. A esa conclusión se ha llegado en el país al culminar esta semana de espanto por las bajezas políticas manifiestas en los medios y los tuits, donde ni el presidente Martinelli se abstuvo de mostrar lo suyo. El discurso del odio que se ha radicalizado lo que está haciendo es envenenar la democracia panameña. Urge que esto termine, sino las consecuencias serán desastrosas. Pero el pesimismo reina pues lo ocurrido se da a sólo unos cuantos meses del inicio de la campaña electoral. La sociedad no daba crédito a la cadena de ‘errores y horrores’ políticos observados entre los representantes de ambos sectores (oficialismo y oposición). Pero han repudiado las bajezas mostradas quedejaron en evidencia la incapacidad de razonar con ideas, debatir con coherencia mental y poniendo en su norte que se lucha por el bien del país y no contra enemigos personales irreconciliables, inventados y sórdidos. Esa clase política tendrá que examinarse en las próximas elecciones, esperemos que la calificación que obtengan sea el voto negativo.