• 06/03/2014 01:00

Una ruptura inexplicable

En un tono destemplado y más propio de un discurso de barricada que de un anuncio tan delicado, el presidente de Venezuela, Nicolás Madu...

En un tono destemplado y más propio de un discurso de barricada que de un anuncio tan delicado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció ayer a dos tiempos la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con la República de Panamá. Lo hizo además insultando la dignidad del gobierno panameño, al llamarlo lacayo, y al presidente, calificarlo como rastrero. Lo que motivó la ira del trastabillante mandatario venezolano fue que Panamá, a través de su embajador ante la Organización de Estados Americanos, solicitara una reunión del Consejo Permanente para revisar la grave situación que vive Venezuela. De ninguna manera dicha solicitud puede ser vista como un acto inamistoso ni mucho menos injerencista, al menos no por un gobierno democrático. La intolerancia demostrada por el señor Maduro y su gobierno revela que la situación es muchísmo más grave de lo que pensamos. Ni Manuel Antonio Noriega en la época de la dictadura militar reaccionó de esa manera cuando países latinoamericanos democráticos, entre ellos Venezuela, solicitaron que en el seno de la OEA se revisara la crisis de Panamá. Venezuela tiene deudas cuantiosas tanto con la Zona Libre de Colón como con otras empresas panameñas, por lo que habría que revisar cuál es el trasfondo real de esta inexplicable decisión.

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