Jóvenes que inspiran

Gracias a la voluntad expresada en el testamento de Alfred Nobel, cada año el mundo entero tiene la afortunada oportunidad de conocer y celebrar el escogimiento del Premio Nobel de la Paz. Su anuncio permite a la humanidad hacer un alto y profundizar sobre ese valor fundamental que en ocasiones se siente que no hay forma de alcanzar de manera permanente. El galardón se otorga a ‘la persona que haya trabajado más o mejor a favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos y la celebración y promoción de la paz’. Qué gran noticia que el comité noruego, este año, no haya premiado a una, sino a dos personas. Como ‘un mensaje de esperanza a los jóvenes’ se ha anunciado el Premio a Malala Yousafzai —de solo 17 años—, paquistaní de credo musulmán, y a Kailash Satyarthi, indio de credo hindú, ambos por su lucha contra la opresión infantil y a favor del derecho de todos los niños a la educación. Su compromiso y luchas no-violentas inspiran al mundo y confirman que con determinación se puede influir para tener un mejor futuro. En tiempos convulsionados con tanta información sobre guerras, terrorismo, enfermedades... nos llega este anuncio, como una bocanada de aire fresco.