• 20/05/2017 02:00

Partida discrecional

Que el pueblo sea primero, no los allegados.

Discreción es indicativo de sensatez, de buen juicio, de prudencia, que es una de las virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o evitarlo. Y si bien el presidente de la República tiene la facultad de disponer del uso de la partida discrecional, nada justifica el uso caprichoso de los recursos públicos. La res pública debe ser conducida con estricto apego al sentido del deber, justo, como el buen padre siempre presto a proteger a sus hijos. Patria deriva de padre, del que, consciente y responsablemente, antepone las necesidades más apremiantes de todos los ciudadanos sobre cualquier capricho o deseo antojadizo de complacer a terceros. Y menos aún, cuando el receptor del beneficio no requiere de tal ayuda o apoyo. Errar es humano, y nunca es tarde para corregir conductas impropias o lesivas al interés público; por moralidad y sensatez, los directamente implicados en el mal uso de los fondos públicos, a la brevedad posible, deben reponerlos, íntegramente, al erario, pedir disculpas, y sobre todo, tomar consciencia para que exabruptos de tal naturaleza no se repitan. En el país sobran necesidades, máxime en la actual coyuntura, con una economía que ya muestra signos evidentes de haber pasado del estancamiento a la parálisis franca. Que el pueblo sea primero, no los allegados.

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