En medio de una diatriba desproporcionada, donde justicia, democracia, bien común, optimismo y seguridad están ajenos a nosotros, hoy celebramos el Día del Padre. Y padre no es solo aquel viejito bonachón que hace sentir bien a hijos y nietos; no es solo aquel que cuidó y educó a sus hijos con la madre ausente; no es solo aquel que sigue proporcionando los recursos del hogar pese a su discapacidad. Padre es el ser humano que entrega su energía a la familia, que construye una sociedad, que lucha por el bien del ser humano. Padre es aquel que se amamanta de la Madre Tierra, pero que la cuida de tal manera para que nunca falten sus frutos. Padre es aquel que filosofa sobre el futuro de su nación, que legisla por las cosas buenas y necesarias. Padre es aquel que dice alto a los atropellos; aquel que enseña a los hijos de un país a defenderlo y engrandecerlo; a luchar por los derechos humanos, por la justicia y por la igualdad. Bien lo hizo Cicerón, en la antigua Roma, quien se hizo merecedor del título ‘Padre de la Patria', un título que se le otorgaba a une persona cuya figura es fuente de inspiración patriótica, por sus rasgos simbólicos, heroicos y de autoridad, tanto política como moral. En el Día del Padre , desde estas líneas, deseamos que los panameños nos empinemos en bien de la patria y de nuestros hijos. Que logremos que el positivismo nos invada y nos llene de luz sobre el camino que debe recorrer Panamá en su trayecto hacia el desarrollo. ¡Felicidades a todos los padres en su día!

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