• 11/05/2018 02:04

Acciones crepusculares

El resultado es una huelga de la construcción que se ha prolongado por tres semanas sin visos de solución

La pasada fue una semana de solo cuatro días, pero suficientes para observar cómo el Gobierno deambula en un tiempo circular de crisis en crisis sin atinar a resolver ninguna. Donde debía mantenerse neutral, se metió a fondo, dando señales equívocas al sindicato de la construcción, por mero populismo. El resultado es una huelga de la construcción que se ha prolongado por tres semanas sin visos de solución y pérdidas por más de $600 millones para la economía nacional. Solo en salarios los trabajadores de la construcción han dejado de percibir $70 millones. Todo eso agrava el sonado crecimiento económico que parece pegado con curitas y nadie se atreve a despegarlas, por miedo a que se derrumbe el andamiaje endeble que sostiene la economía. El último en reconocerlo es el Ejecutivo, porque prefiere 100 aduladores que un consejero oportuno. Ante los problemas nacionales, lo positivo es atenuar la propensión natural a querer tener la razón antes que a resolverlos, porque eso implica ceder o reconocer otros puntos de vista. Pero aún se está a tiempo de enderezar rumbos y, en lugar de seguir acentuando la crisis y agrandando los distanciamientos, el Gobierno debe dar un paso atrás. Lograr mediar, sin parcializarse, en cualquier crisis laboral. Debe acercarse a los gremios y a los partidos políticos. Acercar posiciones y buscar el diálogo. Hay que fomentar un país de concordia, no un país de odios, rencores y resentimientos. Es hora de fomentar la paz nacional y tirar los puentes que haya que tirar.

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