• 08/01/2020 00:00

El nuevo Hospital del Niño

Opinión editorial del 8 de enero de 2020

Lo que nace mal, termina mal. Eso parece que es lo que pasa con la construcción del nuevo Hospital del Niño, una obra necesaria en Panamá, pero que está en un abismo a causa de triquiñuelas desde que abrió el proceso de licitación en 2013. Inició siendo un proyecto de poco más de doscientos millones de dólares, pero luego hicieron un replanteamiento y la cifra se disparó a más de seiscientos millones de dólares. ¿Por qué el salto del precio? Allí comienza el problema. Luego de esta primera “irregularidad” hubo un pugilateo entre las empresas concursantes y así ha seguido hasta ahora, donde los implicados son las empresas concursantes y los funcionarios que velan más por el “negocio” que por la salud de los que necesitan el nuevo hospital. Como el presidente Laurentino Cortizo ha sostenido que su gobierno busca lo mejor para el país, cuando algo empieza mal termina mal. En pocas palabras, su mejor decisión sería realizar una nueva licitación, de cara a la luz pública, cubriendo las necesidades reales del Hospital del Niño, sin entrar en arandelas faraónicas que encarecen una obra cuya necesidad urge. Este hospital viene de dos administraciones y no se construye porque prima el negocio, en lugar de la salud. Hay que romper de una vez por todas con estas polémicas y llamar a una nueva licitación, porque seguir como vamos es caer en un error costoso para el país, y así no es la cosa. ¡Así de simple!

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