En estos momentos de crisis por la pandemia mundial por el coronavirus, la solidaridad debe abrirse paso entre los panameños. Pero cuán mal hemos quedado al ver esas rebatiñas en los supermercados para acaparar gel desinfectante, alcohol, mascarillas y otros productos. También dejan mucho que desear todos esos intermediarios que se aprovechan de esta crisis para aumentar los precios de la naranja y los limones. Hace apenas unos días, la naranja se vendía a cinco dólares el ciento, pero de un día para otro la aumentaron a 15, o sea, tres veces. Entendemos que pueden sumar un porcentaje, pero tiene que ser razonable. Lo que hacen hoy los vendedores y los acaparadores, no es más que aflorar la miseria humana que les caracteriza. Todos vivimos en esta tierra y es mentira que por haber acaparado el gel o el alcohol, se van a salvar mientras otros cientos están infectados. ¿Qué pasa si la comida escasea y nuestros productores no puedan suplir la demanda? ¿El alcohol y el gel los va a alimentar? Triste es ver que la miseria humana sea la que se haya manifestado en estos primeros días. Sin embargo, hay que tener fe en que la solidaridad se abrirá paso y los panameños cambiemos y de esta crisis salga un país más humano, más solidario, creativos y más emprendedores. Y es que así como ha aparecido una crisis, también se abre una oportunidad, pues somos una potencia marítima que interesa al mundo y solo tenemos que saber jugar en este ajedrez económico mundial. Practiquemos la solidaridad y eso nos llevará a jugar en equipo, porque unidos seremos un país muy fuerte.

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