• 13/03/2012 01:00

Un gerente, un legado

Como suscriptor de La Estrella, al oír que Juan Luis Correa dejaba su cargo como gerente general y vicepresidente ejecutivo me sentí con...

Como suscriptor de La Estrella, al oír que Juan Luis Correa dejaba su cargo como gerente general y vicepresidente ejecutivo me sentí confundido. He visto cómo mutaron La Estrella y El Siglo tras su llegada. Ahora bien, es más fácil entender este tipo de cambios en las empresas, evaluando los principios quien los guían, los cuales prevalecen aun cuando los gestores se vayan.

Como dice Rigoberta Menchú ‘a la gente no hay que verle la etiqueta, sino el contenido’, aunque Juan Luis tuvo la etiqueta de gerente general, su ‘contenido’ es de compañero de labores.

Juan Luis, el gerente general de Corporación La Prensa (y años después de la Estrella y El Siglo), que me tocó conocer, es una ‘personalidad corporativa especial’. En momentos importantes y difíciles de mi desarrollo profesional me apoyó rápida y didácticamente. Me explicó la razón por la cual la decisión tomada era acorde al caso, en vez de simplemente limitarse a tomar la decisión por mí. Dos minutos de conversación con él resultan una hora de resultados a poner en práctica en la labor diaria; sus palabras, sonrisa franca y chistes serios, agregan ganas de vencer metas e innovar corporativamente a quienes le rodean.

Mi admiración por sus principios se multiplicó al unirme al equipo de los jefes de la corporación que el lideraba, en cada reunión semanal —los jueves— daba lecciones empresariales de fortaleza, templanza y prudencia; la fortaleza la brindaba el análisis de la situación económica con el que iniciaba las reuniones semanales, nos ofrecía un resumen del estado de la situación de la empresa micro y macroeconómico, descomponía el complicado mundo corporativo en indicadores claros y sencillos, que motivan a su equipo. Juan Luis pertenece a esos capaces de explicar complicados conceptos del negocio en pocas palabras.

En estas reuniones semanales narraba anécdotas y nos daba afables llamados de atención que obligaban a reflexionar, estas cápsulas de ‘vida’ representaban un esfuerzo de Juan Luis por transmitir una mística laboral. No importaba el tema ni el ámbito, lo que importaba era el aprendizaje y la motivación; bien podrían ser anécdotas de importantes negociaciones internacionales o viajes al interior de la República, igual era la templanza que nos proferían para perseguir con insistencia acciones de negocio socialmente responsables que procuraran el mayor beneficio económico para nuestra empresa.

Él es un líder corporativo involucrado con el crecimiento del equipo que le apoyó, inculcaba la capacidad de ver hacia fuera de uno mismo sin perder la identidad de lo que se es por dentro, esta es una de las claves del éxito de los 17 años en que laboró en La Prensa y otros tantos en La Estrella. Cada acción que avaló tendía a mediarla inconscientemente por dos factores: estar seguros de lo que somos y definir lo que queremos, para poder aprovechar la oportunidad que ofrece la libertad empresarial y de mercado, confiriéndonos así la prudencia que toda administración exitosa ha de tener. Porque ser comercialmente prudente es la clave de una gestión de un medio de comunicación mientras se defienden los ideales del medio.

No dudo que otras personas tengan distintas percepciones del Juan Luis que a mí me tocó conocer; sin embargo, nadie debería dudar de que el sueño de un diario libre que Roberto Eisenmann hizo realidad —llamado La Prensa—, Juan Luis lo convirtió en un negocio eficiente; y gracias a estos dos, La Prensa es un sueño autosostenible listo para el desafío comercial que le supone a un medio impreso las nuevas tendencias y competencia. De igual forma, Juan Luis, apoyó a La Estrella y El Siglo, agregándoles valor y la competitividad comercial que todo medio necesita para sostener sanamente la defensa de sus ideales periodísticos.

Le deseo lo mejor a La Estrella y El Siglo, y confío que seguirán construyendo sobre el legado que deja Juan Luis para bien de nosotros los lectores.

PSICÓLOGO E INVESTIGADOR DE MERCADO.

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