• 21/11/2012 01:00

Se requieren dirigentes probos

Mientras la inmensa mayoría de la población se debate entre la impotencia y preocupación por el inevitable desmejoramiento de la calidad...

Mientras la inmensa mayoría de la población se debate entre la impotencia y preocupación por el inevitable desmejoramiento de la calidad de vida, como consecuencia del constante aumento en los precios de la canasta básica de alimentos, los políticos se preparan para la nueva contienda electoral en el 2014.

El Partido Revolucionario Democrático (PRD) fijó sus primarias para el 10 de marzo de 2013, el Partido Panameñista para el 17 de marzo y el partido oficialista Cambio Democrático (CD), para el 7 de abril.

No hay que ser un politólogo para entender que aquellos ministros de Estado y figuras de alto nivel gubernamental aspirantes a cargos de elección popular tienen que separarse del cargo que desempeñan, tal como lo establece el Código Electoral.

El escenario político existente en los últimos meses, hace presagiar el año 2013 como incómodo escenario de propagación a la diatriba, descalificación y profundización del juegavivo, en la desesperación por mantenerse u obtener el poder del Estado.

Lo cierto es que mientras los políticos se desviven en la búsqueda de estrategias que les permitan llegar al poder o perpetuarse, el informe del Índice de Desarrollo Humano, que mide el bienestar de la población en 187 países, indica que Panamá en la actualidad, pasa negativamente, de la posición 58 a la posición 73.

Es lamentable que un país como Panamá, donde los gobernantes se vanaglorian de la saludable y envidiable economía que poseemos, con un fuerte y sostenido crecimiento, haya retrocedido en el nivel de bienestar de la población.

Ello implica que los beneficios del cacareado crecimiento económico no alcanzan a las capas medias y bajas de la sociedad, privilegiando a un minúsculo grupo de políticos y empresarios, lo que hace que la brecha de bienestar y oportunidades se siga profundizando.

Este panorama sumado a la crisis de valores, falta de ética y principios cívicos y morales de un alto porcentaje de figuras políticas, aspirantes a mantenerse en cargos públicos o llegar a ellos, bajo el argumento de que los partidos políticos representan el sustento del sistema democrático, nos ponen de cara un periodo electoral donde privará el rejuego por mantener el dominio de fuertes interés económicos y no el bienestar común de la población.

Panamá requiere de dirigentes probos, con liderazgo positivo, serios, honestos, íntegros, rectos, decentes, intachables, comprometidos con la sociedad y su devenir histórico, que sus actos sean públicos y no pactos de recámara.

La ciudadanía está cansada de la rapiña, corrupción y desenfreno de los políticos, que solo buscan el beneficio propio, familiares, allegados, socios o copartidarios, por ello rechazan la idea de tener que pasar nuevamente por un proceso proselitista sin transparencia ni rendición de cuentas. El negar la procedencia de fondos de campaña implica compromisos, campañas sucias y competencia desleal.

La gente está cansada de líderes de papel o cristal que se desfiguran o destruyen al transcurrir de su periodo de gestión, producto de discursos demagógicos que venden falsas esperanzas a la población y con el correr del tiempo dejan traslucir sus verdaderas intenciones en la práctica diaria, burlando la voluntad del soberano, el pueblo.

ECONOMISTA Y EDUCADORA.

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