• 19/01/2013 01:00

Tributo para los héroes

El 13 de septiembre de 2003 le plantee a Joaquín Vásquez, en ese momento representante del corregimiento de Ancón: ‘Te voy a obsequiar u...

El 13 de septiembre de 2003 le plantee a Joaquín Vásquez, en ese momento representante del corregimiento de Ancón: ‘Te voy a obsequiar una idea, por qué no se levanta en tu corregimiento un monumento que simbolice ese momento glorioso, inmortalizado en la portada por la revista LIFE, en donde tres patriotas panameños en medio de la batalla entre los soldados estadounidenses y el pueblo panameño, subieron un poste de luz para izar el pabellón nacional’.

Su respuesta no se hizo esperar y me dijo: ‘De acuerdo, con una condición, que tú coordines la ejecución de la obra’.

El lugar de los hechos. El lunes siguiente estábamos reunidos en el local de la Junta Comunal de Ancón más de 50 personas entre heridos, mutilados y combatientes del 9 de enero. Lo primero era determinar el lugar en donde los patriotas subieron al poste de luz para poner la bandera nacional.

Se dieron testimonios de por lo menos tres lugares distintos. Señalé que me comprometía a llevar la filmación de estos sucesos donde se podía apreciar con claridad el lugar de los hechos.

Para acometer esta tarea me apersoné al Grupo Experimental de Cine Universitario, en donde me copiaron una serie de filmaciones sobre los hechos del 9, 10 y 11 de enero de 1964. Con estas imágenes, demostramos que la foto de la revista fue frente a la Asamblea de Diputados. Hay que señalar que el subir a los postes de luz para colocar en su parte más alta el pabellón nacional, se dio casi en todos los postes a lo largo de la Avenida de los Mártires.

El escultor y el dinero. Para comparar precios nos apersonamos al escultor Lombana, quien nos hizo una cotización por 50 mil dólares. Posteriormente, fuimos a la Facultad de Bellas Artes y ahí nos ofrecieron construir el monumento por la mitad del precio anterior. Por último, contactamos a González Palomino, quien no nos dio precio, pero nos dijo que sería barato. Al final entregó su arte por un quinto del precio de nuestra primera cotización.

El comité ideó hacer una rifa de un cuadro, que el propio Palomino donó. Además, a Joaquín se le ocurrió la idea de mandar a hacer alcancías para que los universitarios cooperaran en la construcción. Por otro lado, se trataba de conseguir donaciones de algunas personalidades. Finalmente, la Junta Comunal de Ancón y algunos de nosotros tuvimos que aportar para la culminación del monumento.

Colaboración espontánea. Ya habíamos decidido que la obra se construiría en el pequeño solar vacío que está frente a la Asamblea de Diputados, pero esta área estaba bajo la administración de la ARI. Así que procedimos a solicitar el traspaso del terreno a la Junta Comunal de Ancón. Después de mucho insistir, logramos que la ARI hiciera el traspaso.

Necesitábamos conseguir un poste de luz de concreto como parte de la escultura. Una semana después el poste estaba en el lugar de trabajo de nuestro escultor y nunca nadie preguntó de dónde salió.

Joaquín consiguió que el arquitecto Daniel Camero fuera asignado para dirigir las obras. Como no teníamos maquinaria y cerca estaban haciendo una construcción, me dirigí a hablar con el ingeniero encargado, quien al explicarle para qué quería su maquinaria me dijo: ‘Si es para los mártires, llévesela el tiempo que desee de forma gratuita con operador incluido’. Algo similar ocurrió en una ferretería donde fui a comprar unos pernos y en una tienda donde compré 20 metros de soga marina. Sus dueños me dijeron: ‘Si es para los Mártires, lléveselos gratis, que esa es nuestra pequeña contribución’.

Para trasladar la escultura al lugar seleccionado, Joaquín contactó a un grupo de extrabajadores del IRHE, que tenían un camión para estos menesteres. Los compañeros hicieron un trabajo muy profesional, y como ya usted se lo puede imaginar, tampoco cobraron nada por sus servicios.

A los héroes de la patria. Después de discutir sobre el papel pedagógico del monumento, coincidimos que se llamaría: ‘A los Héroes de la Patria’, y estaría dedicado a todos los que dieron sus fuerzas, sus capacidades, sus inteligencias y sus vidas para erradicar la bandera extranjera enclavada en el corazón de la nación panameña. Además, que se colocarían placas alusivas a los diferentes hechos de la vida republicana que han forjado nuestra identidad como nación.

Lo único que faltaba era un camión con una canasta lo suficientemente alta que facilitara colocar nuestro emblema tricolor en la parte superior del monumento. Mis gestiones iniciales habían sido inútiles. Entonces, me dirigí al cuartel Central Bolívar Vallarino, en donde después de explicarle al Comandante para qué quería el camión de bombero con escalera, me dijo: ‘Usted sabe que para el 9 de enero yo era estudiante y participé en esos hechos y junto a mi lado murió uno de mis amigos. Profesor llévese el camión con la escalera más alta’.

Así fue cómo se construyó el monumento: ‘A los Héroes de la Patria’. El colocar un paso peatonal justo a su lado es para nosotros, para el Movimiento Ciudadano, para el Fortalecimiento de la Identidad Panameña y estoy seguro que para muchos panameños, un desprecio a la memoria histórica de nuestra nación.

DOCENTE UNIVERSITARIO

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