• 23/11/2013 01:00

Los laberintos de la partidocracia

Que el proclamado, pero no candidato oficial (y hay serias dudas de que llegue a serlo), del PRD anhelara una alianza con el Partido Pan...

Que el proclamado, pero no candidato oficial (y hay serias dudas de que llegue a serlo), del PRD anhelara una alianza con el Partido Panameñista no fue sorpresa; era su intento desesperado de aferrarse a una tabla de salvación, por la vía de repetir la jugada política que dio frutos al candidato Martinelli. De lograrlo, sus posibilidades de triunfo hubieran aumentado exponencialmente.

Con la alianza, el gran perdedor hubiera sido Juan Carlos Varela. Su tocayo, el perrediano, no le pasaba por la mente ceder la cabeza de la nómina al proclamado candidato panameñista. Navarro lo quería para segundón y, por tanto, al igual que sucedió con la alianza CD-Panameñistas, a éstos les hubieran tocado las migajas, si es que sobraban algunas después que el PRD, que son muchos y con un apetito insaciable, se hartaran.

La alianza también le hubiera servido a Navarro para sortear las embestidas de los sectores que, dentro de su partido y con incrementada agresividad, conspiran para desbancarlo. Según rumores que ha corrido, a Navarro, sus copartidarios, le enseñaron la espada del verdugo y le advirtieron que de seguir cayendo en las encuestas, inexorablemente caerá sobre su cabeza. En otras palabras, en ese juego político macabro, Navarro quedó a su propia suerte: o sube en las encuestas o tendrá que admirar la banda presidencial en las vitrinas de los museos.

Los rumores también apuntaban a que existían planes A, B y hasta C. El plan A, era que Navarro engatusara a Varela; el B que si no lo lograba, lo que ya pasó, proponer que los dos, Navarro y Varela, se bajaran y dieran paso a una tercera figura, que también quedó descartado; y el C, sustituir a Navarro con otro candidato, salido de las filas del PRD, que ‘aporte más’.

Como al final de esos caminos tortuosos de la partidocracia, con sus marrullerías tradicionales, siempre salta la liebre, sus orejas han comenzado a asomarse en la chistera (el sombrero de copa tradicional de los magos).

Llama la atención que el pasado 19 de febrero, el expresidentes Pérez Balladares tirara de las bajas cifras que registra Navarro, para enfatizar el hecho, que resulta evidente, de que el proclamado no cuenta con el respaldo de sus copartidarios, puesto que el 22 o 23 % que obtiene de apoyo está muy por debajo del piso político histórico del partido, que se cifra entre el 33 y el 35 %.

Un viejo refrán dice que ‘en guerra avisada no mueren soldados’; pero en el caso del PRD las declaraciones del Sr. Pérez B., son, aparte de la confesión de que en su partido hay de todo, menos unidad, el presagio de las sacudidas que pronto producirán más de una baja de alto perfil.

Y si en el PRD se ha desatado una lucha de ambiciones, por el lado oficialista las preocupaciones aumentan ante el pobre impacto que producen los centenares de miles de balboas con que han tratado de insuflarle vapor a su candidato. Tan grave es la preocupación que, aunque no tienen las mismas proporciones de los rumores que envuelven al PRD, también se habla de buscarse otro candidato o candidata ‘más potable’.

Los avatares que viven sus adversarios, por el momento, han beneficiado a Varela. Mientras que los candidatos de CD y PRD se congelan o descienden en el respaldo de los encuestados, el panameñista, ha ganado algunos puntos y, ahora, en términos generales, los tres proclamados están parejos. Ninguno es favorito de nada. El 15 de diciembre podría ser el Waterloo de Navarro, eso dicen, y lo creo. Después será otro escenario, que será más trágico que divertido. Lo importante es que los independientes hagamos buenas conclusiones y no nos dejemos arrastrar a los laberintos de la partidocracia.

PRECANDIDATO PRESIDENCIAL INDEPENDIENTE.

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