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- 17/06/2025 21:52
En la antesala del 1 de julio, cuando se instalará la nueva junta directiva de la Asamblea Nacional, el tablero político se mueve con mayor intensidad.
La reciente creación de una nueva bancada, denominada “Seguimos”, compuesta por los tres diputados del partido Movimiento Otro Camino (MOCA) y Betserai Richards —exmiembro de la coalición Vamos— no solo busca representación en las comisiones legislativas, sino que también aspira a colocar fichas en la directiva del órgano Legislativo.
Las decisiones de ambos no solo alteran la composición de bancadas, sino que revelan tensiones internas, disputas por cuotas de poder y el peso de las ambiciones personales dentro de la dinámica legislativa
Según confirmó el presidente de MOCA, Ricardo Lombana, la idea de formar una bancada propia con los diputados Ernesto Cedeño, Grace Hernández y José Pérez Barboni había estado sobre la mesa desde el 1 de julio de 2024.
Sin embargo, no se materializó por no cumplir el requisito mínimo de cuatro miembros. La incorporación de Richards, tras su salida de Vamos, permitió consolidar la bancada, que ahora busca ganar influencia desde el primer día del segundo periodo legislativo.
En declaraciones a TVN Noticias, Lombana afirmó que la bancada no solo quiere presencia en las comisiones clave como Presupuesto y Credenciales, sino que también explora la posibilidad de postular candidatos a la presidencia o vicepresidencia de la Asamblea Nacional.
“Estamos hablando con distintas bancadas”, confirmó Betserai Richards. “La aspiración es clara: una junta directiva en concesión y plural que represente a todas las facciones políticas, con el fin de cambiar lo que queremos cambiar en la Asamblea”.
El mensaje detrás de esta nueva bancada es doble: por un lado, se posiciona como una opción independiente que no responde ni al oficialismo ni a la oposición tradicional; por el otro, trazan una línea de presión sobre el resto del Legislativo, advirtiendo que su respaldo para la conformación de la directiva no se entregará sin compromisos concretos en materia de transparencia y reforma institucional.
En el fondo, lo que se libra es una disputa de poder. En la Asamblea Nacional, el acceso a comisiones como Presupuesto, Credenciales y Gobierno es clave para ejercer influencia, fiscalizar al Ejecutivo y, en muchos casos, tener visibilidad mediática. De acuerdo con fuentes internas de la Asamblea, la bancada “Seguimos” quiere un asiento en la Comisión de Presupuesto, pero dentro de Vamos —la coalición que hoy tiene 18 diputados— Betserai Richards no logró reunir los votos para ser postulado, lo que precipitó su salida.
A esto se suma el cálculo político de que una bancada con al menos cuatro miembros tiene derecho, por reglamento, a representación en las comisiones. Si la junta directiva entrante acepta la conformación de “Seguimos” como bancada oficial, los cuatro diputados tendrían acceso proporcional a espacios de decisión que no estaban al alcance como diputados aislados.
Y ahora van por más: una vicepresidencia en la junta directiva o incluso la presidencia misma del Legislativo. Richards ha sido claro: “Si nosotros aspiramos a una vicepresidencia, debe ser con un candidato a la presidencia que se comprometa a transparentar la Asamblea. Eso es lo único que no se va a negociar”.
El surgimiento de “Seguimos” también plantea interrogantes sobre la unidad de las fuerzas opositoras. Aunque Richards sostiene que su intención no es dividir a la oposición, sino “fortalecerla”, su salida de Vamos y la decisión de formar un bloque independiente cambian el balance interno. En la práctica, la coalición Vamos ha perdido dos diputados: Richards y Manuel Cheng. Este último, aunque también elegido como independiente dentro de Vamos, optó por sumarse a la bancada mixta, compuesta por diputados de partidos como Molirena, País, Alianza y Partido Popular, que suelen alinearse con los intereses del oficialismo.
En este contexto, Vamos pierde cohesión interna y su capacidad de negociar en bloque se debilita. La bancada queda con 18 diputados, pero sin la unidad garantizada que prometía en campaña. Mientras tanto, “Seguimos” se posiciona como una tercera vía que podría jugar un papel bisagra en las votaciones claves del nuevo período.
La nueva bancada, antes de cantar victoria, primero debe sortear la decisión de la nueva directiva y la historia no la acompaña. Una de las interrogantes técnicas que rodean este proceso es si la nueva bancada puede ser reconocida oficialmente. El artículo 222 del Reglamento Interno de la Asamblea establece que las bancadas deben inscribirse durante los diez primeros días de la “primera legislatura ordinaria”. Sin embargo, la interpretación de si este plazo aplica cada año —y no solo al inicio de la legislatura quinquenal— ha abierto un debate que la nueva junta directiva deberá resolver.
Lombana y Richards confían en que la bancada será reconocida. Sostienen que se están ajustando a la normativa vigente y que el objetivo no es alterar el reglamento, sino utilizar los recursos que ofrece para hacer valer su independencia parlamentaria. No obstante, si la directiva entrante decide negar el reconocimiento formal, “Seguimos” podría quedar excluida de las comisiones, perdiendo capacidad de influencia.
En el pasado quinquenio, la entonces diputada Ana Giselle Rosas intentó inscribir una nueva bancada, pero la directiva se la negó al alegar que el partido Cambio Democrático, al que pertenece, ya tenía una bancada.
Ahora, el escenario es distinto y favorece a “Seguimos”.