Un brunch muy movido

La música es alegre, el salón principal está dispuesto y listo para recibir a un público que llega no solo buscando buena comida sino diversión. Esa ha sido la apuesta de Salvaje desde sus inicios. El restaurante está ubicado en Costa del Este, Ave. Centenario, en la planta baja del PH Dream Plaza. Los comensales disfrutan de comida y espectáculo. Y en el Monkey Brunch, la oferta es buena para toda la familia: pinta caritas, espectáculo de baile y un mono travieso deambulando por todo el restaurante.

La decoración se conecta directamente con el nombre. Nos lleva a lugares exóticos sin perder la elegancia. Su cocina, cocina japonesa con fusión. Salvaje es una marca que nace en Panamá y actualmente llega a diferentes países como: Guatemala, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Venezuela y recientemente Al Khobar, Arabia Saudita, de manos del chef Fermín Azkue.

Nos reciben amablemente y tomamos asiento en una mesa para dos. Es de rigor un coctel, probamos de la carta de los signature: un vikingo, con vodka de frutos rojos salvaje, jengibre, lima y soda de melocoón y de azahar. Mi acompañante optó por el Sanhain, con tequila blanco, maracuyá ahumada, sirope de jengibre y zumo de limón. Ambos, muy refrescantes.

El salonero, muy atentamente hace las recomendaciones y nos deja a solas para la elección final. Como entrantes, pedimos una interesante variedad: Blue fin tuna and black garlic roll, con relleno de berro tempurizado, bok choi, cubierto de atún aleta azul y mantequilla de ajo negro. El atún es caramelizado con un soplete al llegar a la mesa, lo que definitivamente otorga un efecto dramático. La caramelización le da un plus al sabor del atún. La crocancia del berro tempurizado balancea la suavidad del arroz.

Continuamos con unos Rock shrimp tempura, unos camarones tempurizados cubiertos con mayonesa de wasabi y coronados con kale crispy, cebollín y aceite de wasabi. La mayonesa es deciciosa y ofrece untuosidad a los camarones que no pierden la crocancia del tempurizado. El kale completa el bocado.

El siguiente plato fue un Caulifklower boom! Una cabeza de coliflor que llega a la mesa cubierta con una campana que contiene un ahumado en madera de manzana. La coliflor está rellena de coulis de coliflor, base de tofu feta con ají amarillo, aceite de cebollín, chips de ajo, micro shiso e hilos de chili. Aunque la coliflor pasa por diversos pasos de cocción, mantiene su consistencia. El picantito del chili otorga personalidad. También pedimos una orden de sashimi de o-toro, la sección más preciada del atún. Perfección y simplicidad.

Es open mimosa, decidimos entonces continuar con las bebidas preferidas de cualquier brunch. Viene el plato fuerte o más debo decir, los platos fuertes. Hacemos una selección que incluye mar, tierra y granja en la robata con una langosta con holandesa de yuzu y micro menta acompañado de una lima grillada. La cola de langosta viene ya troceada y colocada nuevamente en su caparazón. Su sabor es dulce, destaca su frescura, además está perfectamente cocida. La holandesa es delicada y no esconde sus atributos.

Para la robata de tierra, llega a la mesa un asado de tira ahumado por 12 horas en madera de manzano que resulta como mantequilla en la boca. Absolutamente suave y con un sabor delicioso. Completamos con unas coles de bruselas crujientes en salsa de kimchee, nuestra robata de granja.

Bien, llegamos al postre y decidimos hacer un balance entre dulce y ácido: Yuzu & Yuzu pie, un pastel deconstruido con sorbete y crema de yuzu, crocante de pistacho, crema de té matcha y merengue. El sorbete aporta frescura mientras que la crema, untuosidad. El pistacho y el merengue completan una gama de interesantes texturas. Cacao salvaje es un postre que se describe como cinco texturas de chocolate en tonalidades distintas con un toque ahumado. Se trata de un mousse de chocolate de leche, con gel de maracuyá, crumble de chocolate y café. Su presentación es llamativa: una vaina de cacao con cubierta dura, pintado en colores naturales. Al servirse, el salonero romperá la cubierta, dejando a la vista todas aquellas capas de textura y sabor.

La oferta del monkey brunch incluye platos de desayuno como los Acai Bowls, con frutos rojos, plátano, granola copos de coco y cream de almendra; avocdo toast, con huevos pochados, aguacate troceado con frijoles y cream de ají en pan ciabatta. El tuna Benedict, atún aleta azul y huevos Benedict en pan brioche con salsa holandesa; el oraking Benedict, salmón oraking y huevos benedict en pan brioche con salsa holandesa y el salvaje omelette, con setas jamón y queso.

Esta propuesta se une a la carta general del restaurante que incluye opciones del sushi bar, nigiri/sashimi, hosomaki, arroces y sopas, barra cruda con variedad de tiraditos, entradas que incluyen platos como la pizza japonesa, el edamame, los bao de asado de tira y los dumplings de langosta o de hongos trufados. El open Mimosa tiene un costo de $25.00

En cuanto a los platos fuertes, la especialidad de la casa es la robata, que en su versión mar, además de langosta ofrece una diversidad de pescados; en la versión tierra abarca una variedad de cortes de carnes importadas y pollo, además de los acompañamientos. Los postres son para todos los gustos.

El retaurante cuenta para sus preparaciones con ingredientes de primera calidad y con certificados de autentificación de importación en productos como el king crab, soft crab y snow krab, el wagyu japonés de calidad A5, las especias y los fermentados y macerados japoneses como el kimchi y el umeboshi.

El bar ofrece una variedad de cocteles tanto de la casa como versiones de los clásicos, así como una completa carta de vinos y sakes.

Salvaje ofrece servicio de almuerzos y cenas. Para los almuerzos está la opción Wild Lunch que incluye sopa, opciones a elegir del sushi bar, be veggie (acompañamiento), y de la robata, mas postre, a un costo de $25.00 por persona.

El Shoe de bailarines se ofrece a lo largo de la noche entre 7pm y 11:30pm. También hay show en barra de sushi gracias a los cocineros y show en la barra por los bartenders.