UEFA Europa League. La gran final

Actualizado
  • 29/05/2019 02:00
Creado
  • 29/05/2019 02:00
Hoy se cierra la Europa League, con un duelo apasionante entre dos equipos londinenses. El Chelsea y el Arsenal se batirán en duelo por la supremacía en el segundo torneo de mayor importancia en Europa. Aunque la sede, elegida por la UEFA, ha generado un sinfín de controversias y protestas

A ntes de concentrarnos en este cautivador y electrizante enfrentamiento futbolístico, quisiera quitarnos de en medio el engorro burocrático, administrativo y financiero; es decir la UEFA. Seguramente sabrás que el partido final de la Europa League entre el Arsenal y el Chelsea, se jugará ni más ni menos que en Bakú, capital de Azerbaijan. Hagamos una pausa para que busques por un minuto en tu mapa. Esta designación viene causando ácidas controversias, que no han hecho más que expandirse en las últimas semanas. Las enormes distancias, las limitaciones del aeropuerto de Bakú para acoger el alto flujo de vuelos que normalmente produciría una final de este tamaño, el hecho de que la nación anfitriona y su vecina Armenia sostienen una tensión asfixiante, luego de un proceso bélico entre ambas naciones, las dificultades en la acomodación de hinchas y visitantes, han contribuido a que ninguno de los equipos participantes en la gran final hayan vendido las entradas que la UEFA les repartió. Es simple: la gente no aprecia el gasto excesivo, la incomodidad y el peligro potencial que les ofrece la decisión de la UEFA. Claro, con total lógica te estarás preguntando ¿porqué la UEFA adjudicó la final a semejante ciudad? No tengo pruebas, pero no es muy complicado imaginarlo. Para Azerbaijan, país duramente criticado por sus terribles carencias en el ejercicio de los derechos humanos, y que ostenta muy frágiles relaciones con el resto de Europa, la organización de eventos deportivos de alto perfil, es una de las escasas oportunidades que tienen para lavar su imagen internacionalmente deteriorada, y están muy bien dispuestos a pagar para lograr que les adjudiquen algunos eventos de primer nivel.

El alto al fuego en su conflicto contra Armenia, se firmó en 1994. Pero la paz nunca llegó. Viven ronda tras ronda de negociaciones políticas, y todas, invariablemente, han terminado en fracaso. Los altercados son constantes y han producido más de 3,000 muertos en tiempos de ‘paz'. Y sí, en estas tierras se disputará la final de la Europa League, cortesía de la UEFA que defiende su decisión invocando la inclusión participativa de todos los miembros de la organización.

Sólo quería que estuviaras claro. Y ahora, al partido.

Un duelo entre rivales que se conocen tanto, añade tensión al drama natural que suscita una final. Estos dos se conocen demasiado. Tendremos mucho ajedrez sobre la cancha; seguramente un poco más de cautela de la habitual, no por temores excesivos, sino por un respeto muy bien consolidado hacia un rival al que se conoce de sobra. En sus enfrentamientos de la Premier League, durante la temporada que recién finalizó, cada uno se llevó una victoria. Ambos equipos llegan con bajas. El Chelsea, quizás padece la de mayor importancia. N'Golo Kanté acaba de reincidir en una lesión y Sarri se perderá para este partido, a uno de los mediocampistas más infatigables y polivalentes del mundo. Tampoco estarán Loftus-Cheek (tendón de Aquiles), Hudson-Odoi (tendón de Aquiles), Rüdiger (rodilla) y Ampadu (espalda). En el Arsenal debemos empezar por la ausencia de Mikhjitarian. Resulta que el jugador ‘gunner' es armenio, y aunque a ciertos deportistas armenios se les permite ingresar en Azerbaijan (los demás armenios están invariablemente prohibidos de ingresar al país vecino y enemigo), el club y el jugador, de común acuerdo, decidieron que las medidas de seguridad no eran suficientes ni adecuadas. Sumada a la baja de Mikhjitarian, están las de Ramsey (bíceps femoral), Denis Suárez (abductor), Bellerín (rodilla) y Holding (rodilla).

Hay duelos singulares que sin duda marcarán el desarrollo del partido.

En primer lugar el fluido, veloz e inesperado ataque del Arsenal, compuesto por Lacazette y Aubameyang, enfrentando la solidez defensiva de Andreas Christensen y David Luiz. Si la dupla Aubameyang y Lacazette se combinó para anotar 13 goles y dar cinco asistencias en la ruta que guió al Arsenal hacia la final, enfrente tendrán la solidez, capacidad de anticipación y limpieza en la salida de David Luiz, que tuvo un rendimiento espectacular en las instancias finales de la Europa League. Además, su compañero Christensen, ha funcionado como una muralla jugando al lado del veterano brasileño.

En el mediocampo, el Arsenal deberá contener a Jorginho, interferir y cortar su organización ofensiva y tratar de entorpecer la conducción de su equipo. Para eso estarán Torreira y Xaka, que buscarán crear una teleraña defensiva contra Jorginho, sin llegar a marcarlo de manera individual. De este enfrentamiento dependerá buena parte del desarrollo del partido.

Además, esta final marcará las despedidas de Eden Hazard y Peter Cech de sus respectivos equipos. El primero partirá presumiblemente al Real Madrid, mientras el portero del Arsenal jugará su último partido, cerrando una ilustre carrera europea.

Algunos afirman que el Arsenal está mucho más urgido, pues un triunfo los llevaría directamente a la próxima Champions League, a la que su rival ya está clasificado.

Pero créeme: ningún equipo del mundo, ni en el barrio más remoto, ni en el campo más humilde, ni en el monte más húmedo y caluroso, está dispuesto a perder una final sin dejar el pellejo en el terreno.

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