Arrecia presión para que Varela llame a una asamblea constituyente

Junto al ahorro mensual de $58 con el control del precios o la promesa de agua potable para todos y cero letrinas, otra propuesta de Juan Carlos Varela ilusionó a los electores: una reforma constitucional en su primer año de gobierno.

Sin embargo, una vez el panameñista asumió el poder, el tema quedó relegado en la agenda y no fue hasta cumplidos los doce años de mandato que e presidente zanjó el asunto con un escueto ‘no es el momento'.

Según Varela, aquel 2 de julio del 2015, si bien el país vivía en paz, aún faltaba ‘un mayor nivel de coordinación entre las fuerzas políticas y la sociedad civil, y consolidar ‘los avances de los diálogos en marcha'.

A pesar de la desilusión que representaron sus palabras, diversos sectores del país —principalmente grupos de la sociedad organizada— continuaron sus reclamos ante la necesidad de una nueva Carta Magna.

Durante la reciente ratificación de los dos nuevos magistrados de la Corte Suprema, el 4 de enero pasado, la posibilidad de una reforma constitucional sufrió el aldabonazo definitivo: ‘[La constituyente se dará] cuando el ambiente político lo permita y mostremos más madurez como sociedad', reiteró Varela a los medios.

LA TORMENTA PERFECTA

Quizás Varela pensó que, tras la segunda negativa a afrontar el proceso, el reclamo de la constituyente se iría muriendo poco a poco, pero los hechos indican que ha sucedido todo lo contrario.

La denuncia de la presencia del narcotráfico en la Asamblea, la cuestionada reelección de José Ayú Prado como presidente de la Corte Suprema (con la designación crucial del nuevo magistrado Cecilio Cedalise) y las acusaciones de Harry Díaz contra sus colegas magistrados han colocado el punto de quiebre en la necesidad de modificar en profundidad la Carta Magna con la que se gobierna el país.

El Partido Revolucionario Democrático (PRD), criticado por su silencio ante los temas de importancia nacional, ha salido de su letargo y publica un comunicado en el que exige la constituyente.

‘Es necesario que se cumpla la promesa de campaña del presidente Varela, quien dijo que durante su primer año de gobierno convocaría una Asamblea Nacional Constituyente', señala el texto que firma la dirigencia del colectivo.

Ricardo Martinelli y Cambio Democrático (CD), en medio de sus crisis internas y conflictos judiciales que han salpicado a, por lo menos, la mitad de sus figuras más representativas, también han alzado la voz y han comentado que no hay otra vía que la de la nueva Carta Magna: ‘La constituyente fue una promesa de campaña de Juan Carlos Varela, pero no cumple ese compromiso. Por ello, nosotros en Cambio Democrático haremos impulsar la misma, recogiendo firmas para convocarla', aseguró Alma Cortés en un encuentro con bases del CD en Coclé.

Desde mucho antes de que los colectivos políticos se manifestaran, figuras como Miguel Antonio Bernal, Juan Jované con su grupo Miren (Movimiento Independiente de Renovación Nacional), el Suntracs (Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares) y Movin (Movimiento Independiente) —por mencionar tan solo a algunos— venían reclamándole al presidente que cumpliera su promesa de una nueva Carta Magna para delimitar mejor los poderes de la organización política.

CUÁL ES EL IMPEDIMENTO

Si Juan Carlos Varela señaló entonces que ‘no era el momento' de cambios, ahora que el sistema parece colapsar, algunos analistas defienden que la reforma no puede postergarse.

‘La profundidad de la crisis institucional muestra, claramente, que el país necesita una reingeniería de todas sus instituciones',
JUAN JOVANÉ
MIEMBRO DE MIREN

Para Jované, candidato independiente a la presidencia en las pasadas elecciones, ‘la profundidad de la crisis institucional muestra, claramente, que el país necesita una reingeniería de todas sus instituciones'. El también economista considera que el mandatario ‘debe evaluar esta tendencia al deterioro que es mejor detener ahora'.

Con Jované coincide Luis Eduardo Camacho, vocero de CD, colectivo que se ha mostrado a favor de la nueva Carta Magna: ‘La constituyente se hace cuando hay crisis institucionales que pueden desembocar en violencia. La constituyente es un mecanismo para evitar la violencia social producto de crisis acumuladas'.

Annette Planells, una de las caras más visibles de Movin, que apoyó a Varela en la campaña, considera que la nueva Carta Magna ‘es una necesidad', pero no solo porque se prometió en campaña. ‘La Constitución ya no está probando (guardar) los mejores intereses de los panameños y (se ve) en muchos aspectos', como el nombramiento de los magistrados, la separación de poderes, los privilegios de los diputados, etc.), precisó. Planells señala que ‘el ambiente nunca va a ser propicio. En la medida en que la crisis se va acrecentando, más necesaria será la constituyente'.

ARMA DE DOBLE FILO

Aunque considera que ‘es urgente la puesta a punto del Estado', también cree que una constituyente podría salir mal. ‘El tema es qué quiere cada panameño de la constituyente. Cada uno interpreta el tema de forma distinta. Lo que no se puede aplazar es el diálogo nacional para hacer acuerdos sobre el proceso y cómo se hará efectiva esa nueva constitución', afirma.

Alvin Weeden, excontralor de la República, pertenece al grupo de aquellos que no está de acuerdo con la constituyente: ‘Podría ser un arma de doble filo, quienes están más capacitados para ganar esa constituyente son los enemigos de la democracia, los que tienen mucho dinero para el clientelismo. Nos podríamos quedar con una constitución que en vez de llevarnos hacia adelante nos atrase como país', agregó.

Olimpo Sáez, exdirigente del Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena) tampoco está de acuerdo con una nueva Carta Magna. Según el exdiplomático, en estos instantes ‘la sociedad panameña no está en una crisis como para que se llame a una constituyente. Se deben dar otras condiciones que agudicen la crisis, para que el gobierno la convoque. Si se llama ahora, saldrán los mismos diputados que están en la Asamblea u otros muy parecidos. Una constituyente es una elección de diputados y se utilizarían muchos recursos económicos que prostituirían una verdadera constituyente', dice.

José Alberto Álvarez, presidente del Colegio Nacional de Abogados (CNA), coincide con Weeden y con Sáez en que el clientelismo puede viciar el proceso constituyente, pero no se opone a los cambio. ‘El CNA ha propuesto que se reforme la Constitución. Es más rápido y no conlleva la elección de constituyentes ni campaña proselitista. Proponemos una reforma a la Constitución en el tema de la administración de justicia', dijo antes de conocerse el planteamiento del CNA sobre el tema.

APEGO AL PODER

‘Varela se dio cuenta de que se estaba poniendo la soga en el cuello', opina Sáez. ‘La constituyente, en estos momentos para Varela es una trampa que puede acabar con su gobierno. Él hizo la promesa para complacer a una parte de la sociedad política panameña', indicó el político .

‘Juan Carlos Varela fue el único que habló de una constituyente en campaña. Ahora es al revés, todos hablan de constituyente y él no', destaca Planells, antes de agregar: ‘Él tiene el poder del Ejecutivo y mucha incidencia en los otros órganos del Estado. Llamar a una constituyente puede disminuir ese poder que él tiene', dice.

Para Luis Eduardo Camacho, en realidad, el hoy presidente nunca tuvo intención de impulsar el proceso de reorganización: ‘Cuando nombró a Milton Henríquez como encargado del tema, todos entendimos que la constituyente no iba'.

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‘[J.C. Varela] tiene el poder del Ejecutivo y mucha incidencia en los otros órganos del Estado. Llamar a una constituyente puede disminuir ese poder que él tiene',

ANETTE PLANELLS

MIEMBRO DE MOVIN

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OPINIONES

¿Qué quieren los partidos políticos con la constituyente?

La constituyente es un tema que ha sido impulsado, principalmente, por la sociedad organizada y en el que ahora los partidos políticos se han interesado.

Olimpo Sáez, quien coincide con esta premisa, comenta que si los partidos políticos han empezado a presionar sobre la nueva Carta Magna, no es porque tengan buenas intenciones: ‘Los partidos piensan que pueden aprovechar la debilidad del gobierno de Juan Carlos Varela y sus propias contradicciones para ganar terreno en el campo político electoral. Ellos no quieren reformar la Constitución para mejorar el país, quieren ganarse un espacio político. Una constituyente puede sacar al presidente del poder'.

En este tenor, José Alberto Álvarez comenta que ‘los partidos políticos ahora quieren la constituyente porque la van a usar, sin duda alguna, como un referéndum de un ‘sí' o un ‘no' al gobierno de Varela'.

Para Luis Eduardo Camacho, vocero del CD, decir que los partidos políticos ahora se han interesado por el tema es falso, por lo menos en el caso de Cambio Democrático: ‘Ricardo Martinelli hace casi un año le planteó a Varela que tenía que cumplir su promesa. El partido lo ha dicho en varias ocasiones, desde hace rato, aun antes de que estallara la crisis'.

A pesar de la desconfianza que provoca este interés de los partidos políticos, Anette Planells considera que no se les debe excluir: ‘Hay que ver por qué lo piden los otros'; sin embargo, recalca, ‘no se puede excluir a ningún panameño'.