• 26/01/2016 01:00

Urge reactivar “Crisol de Razas”

Nos dejamos llevar por un discurso ensordecedor y demagógico, las autoridades entraron en pánico

Nos dejamos llevar por un discurso ensordecedor y demagógico, las autoridades entraron en pánico y sin discusión seria suspendieron el programa migratorio ‘Crisol de Razas'. Extremaron comentarios xenofóbicos sin sentido, creyendo haber ganado una guerra contra los que hacían daño a los panameños. ¿Se resolvió por ello el problema delincuencial en Panamá? ¿Dejaron por esa razón los extranjeros, principalmente de Venezuela, de emigrar a Panamá? ¿Se ha controlado por ello el trabajo ilegal en la ciudad de Panamá?

El trabajo realizado por la Dirección de Migración desde que en el pasado Gobierno la asumió el comisionado Javier Carrillo, mantenido en el cargo por el actual Gobierno, se ha caracterizado por su transparencia y profesionalismo. Una vez asumió el cargo se acabaron las consabidas migraciones de nacionalidades prohibidas (chinos, hindúes, árabes, cubanos) que pagaban ingentes sumas de coimas a algunos bellacos bien conectados para obtener visas fraudulentas. El orden impuesto ha sido tal que se acabaron por arte de magia las acusaciones que sobre esa dependencia llovieron antes de que Carrillo llegara a Migración.

Los delincuentes han seguido y lamentablemente seguirán. No se le puede endilgar crímenes solo a extranjeros, porque cada vez son más los panameños que se enrolan en las redes delincuenciales del patio. Por lo que veo, creo que la inmigración venezolana ha ido en aumento, sobre todo de jóvenes que no ven futuro alguno en su país; y por lo que se ve, en diferentes establecimientos comerciales y restaurantes, el margen de empleados ilegales ha aumentado considerablemente. Soy de opinión que si las autoridades de Migración y el Ministerio de Trabajo imponen controles rigurosos, muchos de ellos se verían en aprietos para reemplazar a los ilegales que laboran allí. Por mi formación de abogado, me irrita llegar a un sitio y toparme con un ilegal atendiéndome. Acepto que no es culpa de él, quien solo procura un medio de subsistencia.

Entonces, ¿sirvió la suspensión del programa Crisol de Razas que tanto estimuló que los extranjeros viviendo en Panamá regularizaran su status migratorio? o, ¿más bien tal suspensión ha estimulado el trabajo ilegal de muchos y la subsiguiente violación de sus derechos humanos por patronos inescrupulosos que, abusando de esa condición irregular, no pagan seguro social y las otras prestaciones a quienes contratan, y al pagar en efectivo tales servicios incurren en una especie de lavado de dinero y defraudación fiscal?

Hemos sido ‘puente del mundo y corazón de universo'. Debemos seguir cultivando esa virtud que nos brinda nuestra condición geográfica. El papa Francisco nos invita a compartir más con los refugiados. No debemos pensar que quienes se deciden venir a vivir y trabajar a Panamá lo hacen con el propósito de quitar trabajo a los panameños ni de causarnos daño. Somos dichosos de ser el país con mayor crecimiento económico en 2015 en Latinoamérica. Ese crecimiento se ha logrado precisamente por la diversidad étnica de nuestro pueblo, la cual debemos seguir estimulando.

A la par que abrimos las puertas a hermanos latinoamericanos hoy en necesidad, metámosle el acelerador a una mejor educación a los jóvenes panameños. El trabajo de mejorar el conocimiento de inglés que desarrolla el actual Gobierno camina positivamente en ese sentido; equipemos en mejor forma las escuelas técnicas como el Artes y Oficios. Pongamos freno a la politización de entidades que, como el IFARHU y el INADEH, están llamadas a capacitar sobre todo a quienes hoy viven en peor situación de competitividad profesional. En muchos comercios comentan que contratan extranjeros porque no hay panameños con interés de hacerlo o que simplemente no están preparados para trabajos que requieren algo de astucia. Todos lo dicen: Panamá tiene muy mala educación.

El problema está allí. El presidente Varela en su discurso de inicio de año habló de promover diferentes mesas de diálogo. ¿Por qué en un país como el nuestro no fomentamos que los representantes de todos los sectores de extranjeros participen en una discusión seria sobre el cómo atender esta problemática? Debemos pensarlo y no repetir el estribillo sin sentido de que se tiene que controlar la entrada de extranjeros al país.

ABOGADO Y POLÍTICO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus