• 21/06/2016 02:00

Sí a la libertad de expresión e información

Los medios de comunicación son un camino importante para ese loable propósito

Una de las herramientas dignas que tienen los ciudadanos es poder ser objetivamente informados y a su vez expresar libremente sus opiniones.

Los medios de comunicación son un camino importante para ese loable propósito.

Sin embargo, siempre han existido y existen poderes que no soportan las críticas hacia sus formas de actuar. Ni les agrada la petición de rendimientos de cuentas y la transparencia.

Los periódicos La Estrella de Panamá y El Siglo por años se han constituido en facilitadores de esa libre expresión e información para todos los panameños.

La Estrella de Panamá siempre, sin ningún tipo de exigencia, como otros medios escritos, me ha abierto la puerta para mis reflexiones.

Hoy, ante una lista estructurada fuera de las fronteras soberanas de Panamá, colocan a ambos medios en situación difícil y expuestos a su desaparición o manipulación por fuerzas no democráticas.

Si se logran estos objetivos insanos poco podrá diferenciarse Panamá de otros países donde impera el totalitarismo.

La democracia ‘impuesta ' en 1989 que aún carece de fortaleza institucional será más frágil, quedando solo como una grotesca caricatura.

Esperemos que las fuerzas vivas de nuestra nación vigilen esos intentos de acallar a estos medios y otros.

Nuestra solidaridad con La Estrella de Panamá y El Siglo , independiente de lo que arrojen las investigaciones dentro y fuera de Panamá.

Más allá de las consecuencias que ya se sienten en esos medios, está en juego el sustento de los hogares de destacados y sacrificados colaboradores.

No es una situación para actuar como avestruz. Surge la necesidad imperiosa de ser águilas valientes para defender los derechos del ciudadano.

Que la sensatez se imponga y no intereses mezquinos.

Hoy puedo ostentar poder... mañana no.

‘Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada '.

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