• 28/07/2016 02:02

Aquiles o el guerrillero: novela póstuma de Carlos Fuentes

Carlos Fuentes trabajó durante sus últimos 20 años en la biografía novelada de Carlos Pizarro Leongómez (1951-1990)

‘Para que la vida no sea asesinada en primavera '. Carlos Pizarro Leongómez.

Carlos Fuentes trabajó durante sus últimos 20 años en la biografía novelada de Carlos Pizarro Leongómez (1951-1990). Se documentó exhaustivamente, esboza un retrato real de la genealogía de la violencia en Colombia. No quiso entregar el manuscrito mientras el conflicto armado no llegara a su fin. Fuentes falleció el 15 de mayo de 2012 en la Ciudad de México. Tenía 83 años.

Aquiles o El guerrillero y el asesino , novela coral, atesora voces: familiares, compañeros de armas, amigos, testigos, allegados al carismático líder revolucionario. Carlos Pizarro, poseía magnetismo, romanticismo, belleza, como el Che Guevara y Hugo Spadafora. Proporcionó una ideología latinoamericana a la revolución, inspirada en Bolívar.

Lo mataron semanas después de deponer armas, iniciando el proceso de paz. Comandante fundador, máximo dirigente del M-19, candidato a la Presidencia de la República, ordena a sus tropas entregar las armas, contaba con el 60 % de los votos para ganar las elecciones, 46 días después es asesinado, a los 39 años, a bordo de un avión de Avianca, de Bogotá a Barranquilla, el 26 de abril de 1990 por un joven sicario de 16 años. ‘Las balas dieron en el cuerpo, en el fuselaje del avión, los sesos se desparramaron, fueron a embarrarse contra la ventanilla. Un borbotón de sangre le vació por el cuello '.

Inicia y finaliza con la narración del crimen, cuando el mercenario de Medellín, disparó a quemarropa 15 balazos, el asesino fue ajusticiado por guardaespaldas de Pizarro, en su zapato se encontró una nota exigiendo el pago de dos mil dólares a su ‘mamacita ', prometidos por el trabajo.

Colombia estaba en la vorágine de una violencia infernal creada por el narcotráfico, diferentes guerrillas, paramilitares, el narcoterrorismo, la delincuencia común y la corrupción política. Se piensa que policías y militares estaban involucrados en el asesinato del líder guerrillero.

Fuentes reconstruye la vida familiar del combatiente enfrentado su trágico destino, exhibe la naturaleza humana como un conflicto permanente. Padre militar, madre educadora, vivían en una casa donde todo se oía, eran cuatro hermanos, tres varones, una hermana, Nina. Estudia con jesuitas, se percibe en la novela el sufrimiento de una familia al partir sus hijos a la guerrilla. ‘No mates, por favor ', fue la petición del padre, antes de que su hijo empuñara las armas. Pizarro sufría de epilepsia y arritmia cardíaca. Vigoroso, vulnerable, buenmozo, tierno, amenazante, delgado, podía desaparecer, guerrillero invisible. En la selva lo guiaban niños e indígenas. Un brujo les hace invisibles del enemigo, para evitar la muerte.

Deseaba crear una izquierda democrática colombiana. Soñaba fundar una sociedad igualitaria, autogobierno, sin autoridades. Define la violencia como un vampiro de lodo. Solo mueren los pobres, la guerra se da en el campo, la oligarquía: dueña de la tierra. Los Estados Unidos dominan América Latina militarmente. El protestantismo es caridad capitalista agiotista, mercantilista.

Los crímenes contra ricos son el robo, el secuestro, rebelión, organización laboral, manifestación pública. En los tribunales civiles, solo se juzgan los pobres: tortura, despojo, asesinatos. La rebelión de los débiles es denominada violencia. La violencia de los poderosos: impunidad.

El ejército y la policía crean grupos paramilitares. Los narcotraficantes tienen ejércitos personales, escuelas de sicarios con instructores israelitas y alemanes. Los «pájaros» son mercenarios, asesinos a sueldo, se desplazan en automóviles. Alimentar pájaros es darles armas, drogas, dinero. Se establece una economía de la violencia. Cada cual despoja a quien puede: el café se sigue exportando, proliferan las esmeraldas, el país se cubre de oro y sangre. La acumulación de capital y el derramamiento de sangre van juntos. La violencia engendrará más violencia. Ajustició al general Araujo de un tiro en la sien, por torturar, asesinar y violación salvaje.

El revolucionario no dura mucho en la ciudad, lo descubren, lo cercan, lo matan. La montaña es al mismo tiempo: escuela y Fortaleza. ‘Nada salva nuestro miedo compartido '.

PSICÓLOGA, ESCRITORA Y DOCENTE UNIVERSITARIA.

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