• 23/12/2016 01:01

CSS: urge una reingeniería

‘Ojalá el Ejecutivo tome conciencia de la gravedad de la crisis de esa entidad, ..., e inicie el necesario proceso de reestructuración'

La Caja de Seguro Social (CSS), institución creada en 1941 por el presidente Arnulfo Arias Madrid para satisfacer las necesidad de los panameños de contar con una entidad especializada que administrara el sistema de pensiones y brindara servicios de salud de alta calidad, se ha convertido en una institución con una abultada, costosa e ineficiente burocracia sin sensibilidad social, que no solo afecta a los beneficiarios de los servicios que ofrece sino la propia imagen del Gobierno nacional.

Inspira este comentario no solo lo que a diario reportan los medios sobre falta de medicinas, presencia de bacterias en los hospitales, citas médicas a plazos desesperantes para quienes reclaman atención urgente y mal trato a los pacientes de clínicas y hospitales, sino la experiencia vivida por mi madre Celia Morales Morales, a raíz de una fractura en la cadera izquierda, a causa de una caída ocurrida el 28 de septiembre de 2013.

Inmediatamente ocurrido el accidente, mi madre fue trasladada en ambulancia al servicio de urgencia del Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, pero ese centro estaba en caos por hallarse en huelga el personal de salud desde el 26 de septiembre. En virtud de ello, una enfermera recomendó que, por su condición, la trasladáramos al Hospital Santo Tomás. Así lo hicimos, y allí fue atendida relativamente rápido.

Debido a su condición, agravada por su edad (95 años entonces), se le programó cirugía al día siguiente, para lo que requería un clavo de titanio. Se hizo la solicitud urgente a la CSS, pero la negaron, alegando que el servicio estaba disponible en la CSS, lo cual no era cierto, pues la huelga se extendió hasta el 2 de noviembre. En tal virtud, por instrucciones médicas, debí adquirir el clavo de titanio en el mercado local a un costo de B/2338. Para entonces los diarios daban testimonio de las torturas a que se sometían pacientes que se veían forzados a buscar atención de urgencia en el Seguro Social.

El impacto fue tal que, en poco más de cinco semanas de huelga, la CSS dejó de atender 224 000 citas médicas y 5700 cirugías. Incluso, algunos pacientes que tuvieron la ‘suerte' de que se les atendiera, fueron enviados de vuelta a sus casas en malas condiciones. Los medios reportaron pacientes que fueron devueltos con la misma sonda que se les había colocado para drenar su vejiga.

Con base en lo que estipula su Ley Orgánica, el 3 de diciembre de 2013 mi madre interpuso una solicitud a la CSS para que se le reembolsaran los gastos de operación y hospitalización incurridos, además de las consultas médicas posteriores, para las que se requería su transporte en ambulancia privada. La solicitud fue denegada mediante Resolución No. 855-2014-S.D.G. de junio de 2014, bajo el argumento de que ‘la institución podía brindar este servicio en sus instalaciones', lo cual era falso.

El 18 de junio de 2014 sometimos apelación presentando copias de los diarios de la época, que confirmaban que en el periodo en que mi madre requirió atención urgente la CSS estaba en huelga. Los documentos pasaron a la Dirección Ejecutiva Nacional de Servicios y Prestaciones de Salud (DENSI), en donde se extraviaron después de varios meses de ‘pasearlos' entre ese despacho y Asesoría Legal, por lo que se les entregó un juego completo de copias, incluidas las noticias que reportaban la huelga de octubre de 2013. En gestiones ante el DENSI, hemos sido objeto de indiferencia de su director, quien se ha negado a atender solicitud de cita.

Desde entonces, tanto el famoso DENSI como Asesoría Legal tienen un juego de ping pong, cada uno atribuyéndole al otro la posesión de los documentos.

Este relato revela que la crisis de la CSS no está confinada a los servicios de hospitalización, consulta externa y medicamentos. La crisis es generalizada, y reclama no solo una reingeniería de esa entidad, sino la remoción de aquellos funcionarios que se niegan a reconocer que están allí para servir con cortesía y eficiencia a los asegurados, quienes les pagamos sus salarios.

Ojalá el Ejecutivo tome conciencia de la gravedad de la crisis de esa entidad, irónicamente creada por el fundador del partido gobernante, e inicie el necesario proceso de reestructuración.

PERIODISTA

La crisis... reclama no solo una reingeniería de esa entidad, sino la remoción de... funcionarios que se niegan a reconocer que están allí para servir... a los asegurados...'

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